¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Hoyesarte.com escriba una noticia?
Un enorme cartel con la foto de un impactante boxeador cubre el exterior de la Accademia Gallery cerca de la mismísima Plaza de San Marcos, anunciando el pabellón ucraniano en la Biennale de Venecia, una de las propuestas más ambiciosas entre los 77 países que aspiran al León de Oro en esta 53 edición de la biennale. El texto dice únicamente: " Wladimir Klitschko – Curator (Conservador)".
¿Y quien es el tal Wladimir Klitschko? nos preguntaremos. Pues sencillamente un peso pesado mundial ucraniano, medallista olímpico de oro, de 1, 95 metros de estatura, que habla 4 idiomas y tiene un master en ciencias del deporte. En realidad, el peor y más improbable conservador de arte que uno pueda imaginar.
Cada dos años, el mundo del arte se reúne en Venecia para descubrir, intuir, deducir, las nuevas direcciones y tendencias por las que se mueve el mercado. La particular puesta en escena del pabellón ucraniano parece estar indicando hasta que punto la relación arte/sensacionalismo está definiendo el evento.
El pabellón ucraniano de este año está situado en el Palazzo Papadopoli, un edificio del siglo XVI cercano al puente de Rialto. Está financiado por Victor Pinchuk, un magnate del acero yerno del antiguo presidente ucraniano Leonid Kuchma y patrocinado por su propia galería en Kiev y por el Ministerio de Cultura y Turismo nacional.
Espectáculo de soñadores
El dinero que se mueve alrededor de esta sede y la llamada de atención sorprendente del "conservador-boxeador" han convertido este pabellón en uno de los más famosos y más de moda en Venecia. Por hacernos una idea, al cóctel de inauguración del pasado jueves acudieron nada menos que la modelo Naomi Campbell, los artistas Jeff Koons y Antonio Gormley y el conocido propietario de galerías de arte Jay Jopling.
El espectáculo que presenta el pabellón se titula Steppes of Dreamers (Estepas de Soñadores) y está concebido como un viaje a un mundo de ensueño. El antiguo palazzo ha sido todo el planteado como el decorado de una película de miedo: la planta baja ha sido cubierta por una capa de arena que llega hasta los tobillos del visitante; arriba, las habitaciones tienen las ventanas tapadas y la luz proviene únicamente de unas débiles bombillas coloreadas que se encienden y apagan, dejando al espectador frecuentemente en la oscuridad más absoluta; explosiones producidas por hielo carbónico y una música de misterio acompañan la semi-visión de una modelo ucraniana con un escaso vestido y cara de pocos amigos. Y así todo el recorrido.
¿En cuanto al contenido? La verdad, pocos visitantes han sabido declarar qué es lo que han visto en lo relativo a obras de arte. El espectáculo ha sido creado por Illya Chichkan, ucraniano, y Mihara Yasuhiro y Ogata Kinichi, artistas japoneses. El verdadero trabajo de conservador ha sido realizado por Peter Doroshenko, el director artístico del Pinchuk Art Centre en Kiev.