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Opinión sobre la contradicción de gente que apoya al gobierno y protesta
En un vano intento de comprensión uno tiende a considerar que la idea reinante es apoyada por quienes comparten esos ideales. Sin embargo, la metodología de estas ideas lleva a movimientos populares. La gente con un carácter revolucionario insiste en protestar apoyando los ideales que defienden quienes los gobiernan. Es una línea de pensamiento confusa y contradictoria. ¿Cómo es que los mismos que votan a este gobierno piden más de este gobierno y a la vez protestan? No sé si me estoy explicando bien, ni yo lo entiendo.
Movimientos obreros protestan continuamente, casi diariamente, exigiendo más planes, más beneficios. Estos movimientos rara vez consideran el hecho de que la razón de que todo sea cada vez menos accesible para la gente de a pie es en parte culpa de los planes. Es una cuestión lógica, para poner plata en un bolsillo este dinero tiene que salir de otro bolsillo. Si este movimiento no es por una recompensa tiende a ser mal administrada por quien la recibe.
Más allá de eso, ser un mantenido tiene un costo en todos nosotros. ¿Qué es más solidario mantener precios más accesibles para todos rechazando los planes o darle plata a quien no trabaja a través de impuestos, emisión monetaria o deuda? Está claro que en mi opinión, no solo es más solidaria la primera opción, sino también más justa. Pero explicarle a alguien, que cobra por no hacer nada que es injusto, es complejo. Nadie quiere ser el villano de la historia y, por eso, se piensan que el estado natural de las cosas es no esforzarse. Si bien esto atenta contra la lógica la realidad es que tiene aprobación popular.
En el ejercicio de quitarle a alguien para mantener a un parasito los perjudicados somos todos. El resultado de aceptar los pedidos de estas protestas lleva a un empobrecimiento general. Lógicamente, solo hay tres formas de darles lo que piden. La primera, son los impuestos, estos se imponen sobre todo a la gente que tiene mucha plata o posesiones, como resultado se pierde capacidad de ahorro o de inversión. Además, a los precios de todo lo que compramos se le suman los impuestos resultando en productos cada vez más costosos. La segunda forma es emisión monetaria. El problema con la emisión es que, básicamente, se hace cada vez más de algo que tiene poca demanda. Como resultado aparece la inflación, haciendo que nuestra plata valga cada vez menos y, por lo tanto, todo es cada vez más difícil de pagar. La tercera es pedir préstamos, el problema con pedir plata prestada para costear un gasto rutinario es que no se puede devolver. No hay tanto problema en pedir préstamo para pagar un gasto excepcional, pero para un gasto rutinario se tiene que pedir constantemente sin tener la capacidad de deshacerse de la deuda que se genera.
En resumen, no digo que la solución sea sencilla. Hay mucha gente que ve una recompensa por acceder a estas marchas. Si bien, es comprensible no querer aceptar la realidad del problema, es necesario. No hay forma alguna de avanzar fomentando este tipo de exigencias. Para que un país progrese es necesaria la colaboración de todos. No en el sentido de votos a un partido que nos pone de rodillas e incentiva los planes, si no en el sentido de que es necesario que la gente que trabaja y se genera su ingreso pueda ahorrar e invertir de la forma que considere mejor. Es necesario que el trabajador no tenga que mantener pareas y vagos. Para que un país llegue a progresar es necesario que el peso muerto sea el menor posible.