La delegación italiana rompe el pacto al no respetar la convención entre los los líderes del G-8, en la cual se deben respetar las confidencias que se tratan en las deliberaciones a tomar.

La costumbre es que no se pueden grabar ni se puede tomar nota en los acuerdos, cada jefe de Estado o Gobierno es acompañado sólo por su ayudante, el llamado "sherpa", quien puede comunicarse mediante un bolígrafo digital con el resto del gabinete que está fuera de la sala.

La reunión se puede filmar pero sin sonido este procedimiento siempre se ha respetado excepto en el 2.006 en San Peterburgo, cuando un micrófono recogió una conversación entre el presidente Bush y el primer ministro británico Tony Blair, tras transmitirse a la prensa.

Se pedía discreción, pidiendoles que tuvieran cuidado

Un documento obtenido por el periódico, escrito por un miembro del equipo organizador, pedía discreción, pidiendoles que tuvieran cuidado de no informar a las otras delegaciones de nuestra instalación, en caso contrario, todos los demás van a pedir lo mismo, y esto no va ha ser posible.