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El designado presidente de Honduras, Roberto Micheletti, dijo que si el derrocado Manuel Zelaya retorna al país será recibido con una orden de captura, mientras el nuevo gobierno hacía esfuerzos para normalizar el país con un férreo resguardo militar
EL DEPUESTO MANTIENE SU DECISIÓN DE INGRESAR AL PAÍS COMO MANDATARIO CONSTITUCIONAL
El presidente será apresado
si retorna mañana a Honduras
El designado presidente de Honduras, Roberto Micheletti, dijo que si el derrocado Manuel Zelaya retorna al país será recibido con una orden de captura, mientras el nuevo gobierno hacía esfuerzos para normalizar el país con un férreo resguardo militar.
DISTURBIOS. Aunque no se denunció la presencia de heridos, la tropa debió contener ayer a partidarios de Zelaya en las calles..“Yo quiero decirle que los tribunales de Justicia de mi país tienen órdenes de captura contra él (Zelaya) porque ha incumplido con las leyes”, afirmó Micheletti ayer en una entrevista desde Honduras con la radio colombiana Caracol.
El canciller hondureño Enrique Ortez Colindres dijo en entrevista a CNN que los tribunales ya tienen listo el expediente para “el deslinde de responsabilidades por la violación de la Constitución, en el narcotráfico, la garantía del crimen organizado y el desvío de recursos por cantidades multimillonarias”.
Agregó que “solo con entrar va a ser capturado, pues ya tenemos los ordenes de captura listas, para que quede en las cárceles de Honduras y se le juzgue de acuerdo con los leyes de la República”.
Zelaya anunció que regresará mañana a Tegucigalpa para recuperar el poder en compañía del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, de quien aceptó el ofrecimiento en una reunión celebrada el lunes en Managua, donde recibió un contundente respaldo de los presidentes del continente que se reunieron para debatir el golpe de Estado militar.
Por lo menos unos 5.000 manifestantes vestidos de blanco se concentraron ayer en la plaza central de la capital para apoyar al mandatario designado, mientras el nuevo gobierno mantenía militarizadas oficinas vitales como la estatal empresa de telecomunicaciones.
La casa presidencial, cuyos alrededores fueron escenario la víspera de fuertes enfrentamientos entre seguidores de Zelaya y las fuerzas armadas y de seguridad que dejaron decenas de heridos, hoy lucía desierta con todos los accesos bajo control de más de 500 soldados y policías.
Pero miles de simpatizantes de Zelaya se comenzaron a concentrar en una plaza a unos 400 metros al sur de la presidencia y se disponen a marchar en forma pacífica hacia el recinto para exigir la restitución del derrocado gobernante.
“Hemos hecho un llamado a nuestros seguidores a que evitemos confrontar con los cuerpos represivos”, dijo Luis Sosa, miembro del Frente de Resistencia Popular”.
“Nuestro objetivo es mantenernos en resistencia esperando que el presidente Zelaya regrese al país acompañado de una fuerza de paz”, agregó. El nuevo gobierno aumentó la vigilancia en todo la capital, resguardó los puertos y aeropuertos y montaron retenes en las principales entradas a la capital impidiendo el paso a simpatizantes de Zelaya.
El paro del movimiento de resistencia a Micheletti se reflejó en el cierre de las escuelas públicas y privadas, así como las universidades. Las unidades de Salud también cerraron las puertas y solo atienden emergencias. Los manifestantes a favor del nuevo gobierno se congregaron el martes en la plaza Morazán, la más importante de la capital, portando camisetas con el lema: “Queremos Paz y Democracia”. La radioemisora local HRN dijo que una concentración similar se realiza en San Pedro Sula, la segunda ciudad del país y a unos 200 kilómetros al norte de la capital.
La nueva vicecanciller Marta Lorena Casco se dirigió a los participantes y con voz enérgica afirmó “aquí estamos los que queremos la paz... ganó la libertad, triunfó la paz, ganó Honduras, y esto ya no cambia”.
CREEN VER LA MANO DE LOS SERVICIOS DE EE.UU.
El golpe de Estado en Honduras es un “globo de ensayo de los halcones de la Inteligencia” de Estados Unidos, lo cual plantea al presidente Barack Obama un “problema interno” y frente a sus pares de América Latina, opinó ayer Estela Calloni, analista y escritora argentina. La autora del libro “El Plan Cóndor” analizó la serie de factores internos y externos de Honduras, como la “fuerte” presencia militar norteamericana y los intereses del poder económico local.
Para la investigadora, “Estados Unidos no podía desconocer” el golpe contra Manuel Zelaya, ni “ignorar que llevaban al presidente en un avión” a Costa Rica, dado el control que ejerce en aeropuertos para custodiar la base militar que tiene en Palmerola. Esa base cuenta con las mejores pistas de Centroamérica, ubicadas entre Tegucigalpa y San Pedro Sula. La analista opinó que el golpe comenzó a gestarse el 24 de junio, cuando el ejército “robó las urnas” de la consulta no vinculante convocada por Zelaya y el embajador norteamericano en el país, Hugo Llorens, “se va el día antes para no estar presente cuando sucediera” (Ansa).