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En el postparto, el ginecólogo te mandará un análisis de sangre
En el postparto, el ginecólogo te mandará un análisis de sangre (sí, otro más) para ver cómo estás de vitaminas y minerales, ya que tu recuperación depende de ello. Si tus niveles no son buenos te mandará vigilar la dieta y/o tomar algún suplemento.
Vitaminas
A y C
Son indispensables ahora para combatir infecciones. La C, además, es perfecta contra la fatiga.
Grupo B
Las vitaminas de este grupo estimulan el sistema nervioso y levantan el ánimo, participan en la reparación de tejidos (sobre todo la B5) y favorecen la formación de glóbulos rojos, corrigiendo la anemia (vitales B9 y B12).
Calcio
Si la leche no te gusta o no te sienta bien y no completas tu dieta con yogures y queso, debes tomar un suplemento de calcio de un gramo al día mientras dure la lactancia. Y si no das de mamar, durante los dos meses posteriores al parto.
Vitamina D
Especialmente recomendada a las madres adolescentes (y hasta los 30 años), a las que tomen fármacos anticonvulsivos y a las que iniciaron la gestación con bajo peso.
Hierro
Se recomiendan suplementos de hierro oral a las postparturientas que tuvieron anemia en la gestación, a las que dieron a luz por cesárea y a las que tuvieron una hemorragia en el parto.
Zinc
Ayuda a mejorar las defensas inmunitarias del organismo. Si quieres librarte de catarros y de infecciones...
Magnesio
Oligoelemento esencial como sedante y equilibrante nervioso, regula las contracciones cardiacas y favorece el sueño.
Medicación y lactancia
Mientras estés dando el pecho has de seguir el mismo principio respecto a los medicamentos que durante el embarazo. Es decir, cuantos menos, mejor. Pero, por lógica, en los seis o más meses que se recomienda la lactancia puedes necesitar algún medicamento. Antes de tomar nada, di a tu médico que estás lactando. Algunos antibióticos comunes alcanzan gran concentración en la leche materna y pueden generar alergias y diarreas en el niño. Y los relajantes y ansiolíticos pueden provocarle letargo y somnolencia. En cuanto a los analgésicos habituales, el paracetamol y el ibuprofeno pueden tomarse con moderación; el ácido acetilsalicílico debe ser valorado por el médico, ya que en dosis crónicas puede afectar a la función plaquetaria del niño.