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Dos policías comparecen a partir de este lunes ante la justicia francesa por denegación de auxilio, casi 10 años después de la muerte en 2005 de dos adolescentes en un suburbio de París, que desató tres semanas de disturbios urbanos en toda Francia.
Este proceso ante el tribunal correccional de Rennes (noroeste) es sumamente esperado por las familias de las víctimas y por muchos habitantes de barrios populares, que consideran que la causa del drama fue un control policial abusivo basado en el aspecto racial de los dos muchachos.
Los hechos se remontan al 27 de octubre de 2005, cuando la policía realizó una operación tras un robo. Un grupo de adolescentes que venía de jugar al fútbol en la localidad de Clichy sous Bois entró en pánico y huyó, siendo perseguido por la policía. Tres de ellos, Bouna Traoré, de 15 años; Zyed Benna, de 17; y Muhittin Altun, de 17; trataron de esconderse en un transformador eléctrico, donde los dos primeros murieron y el tercero sufrió quemaduras graves.
Esas muertes desencadenaron tres semanas de disturbios en los suburbios del país. El gobierno de la época llegó a declarar el estado de urgencia para contenerlos.
"Hace diez años que esperamos ese proceso", declaró a la AFP Adel Benna, hermano mayor de Zyed. "Queremos saber lo que ocurrió realmente", afirmó, por su parte Siyakha Traoré, hermano de Bouna, dando cuenta del "sentimiento de ira y de incomprensión" que sigue sintiendo.
El abogado de las familias, Jean-Pierre Mignard, criticó por su parte la lentitud del procedimiento, que hace que el juicio tenga lugar tanto tiempo después de los hechos.
Durante estos años, varios fiscales franceses a cargo del legajo defendieron el sobreseimiento, contra la opinión de los jueces de instrucción.
Los dos acusados son pasibles de cinco años de prisión y 75.000 euros de multa. El primero, Sébastien Gaillemin, de 41 años, formaba parte de la brigada que intervino en el lugar del drama, y la segunda, Stéphanie Klein, de 38, estaba en la centralita telefónica de la comisaría. Se les reprocha no haber alertado a los servicios de socorro cuando los adolescentes estaban en un lugar sumamente peligroso. La acusación es rechazada por su abogado, Daniel Merchat, que alega que los dos policías "no tuvieron nunca la certeza" de que los dos muchachos estaban en el transformador.