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Comenzó a gravitar sobre determinados adolescentes una fuerza de unión imcomprensible. Una mano invisible parecía guiar a cada uno de los que luego fueron integrantes, a un punto de la ciudad: La Plaza Roma (Mazzini)Situada en Leandro N. Alem y acorrada por sus lados por la calle Lavalle y Tucumán,
Comenzó a gravitar sobre determinados adolescentes una fuerza de unión imcomprensible. Una mano invisible parecía guiar a cada uno de los que luego fueron integrantes, a un punto de la ciudad: La Plaza Roma (Mazzini)Situada en Leandro N. Alem y acorrada por sus lados por la calle Lavalle y Tucumán, terminado el perímetro la calle Bouchard.
En ese lugar se gestó" La barra de la Roma".De protagonistas, de artistas, de ideologos, de pensadores, de leales caballeros, que si bien no tuvieron su tabla redonda, hubo un ombú que se transformó en el blasón de aquellos muchachos. Todos parecían hallar en esa hermandad algo que le faltaba.Pero no todos estaban allí por la misma razón.
Desafiaron al autoritarismo en una batalla que jamás terminará, salvo que se acaben las injusticias en el mundo, el tinte particular era que habían dejado de llorar y sustituyendo el dolor por el futbol.Y el futbol fue su arma.Y nadie antes le había concedido al deporte tanta responsabilidad.
Se había crado un equipo con una selección hecha entre una treintena de purretes.El gallego Pepe se transformó en el director tecnico y dueño del bufete.Aquel hombre viejo y simpatico, no sólo era un mercader, era tambien un sabio.Cuando desperdigados derrochában su energía enviciada con el aburrimiento, y si a esto le agregamos el vacío logico de la edad, tenían un grave problema: entretenerse mal.
Cuando Pepe creó el Roma Futbol club, Tambien hizo un barco virtual que los unió a todos en un proyecto sano.A partir de allí todos fueron mas sensatos y concientes, el momento que se avecinaba, pedía mucha sensatez..Con el futbol atravesaron el maremagnum de los 70.
Pura sangre Argentina con los zapatos rotos de darle al futbol
Fueron tan amigos que se atrevían contra cualquiera, entre sus adversarios estaban los represores, los censuradores, y por que no decirlo:los mojigatos tambien. Detestaban las formas y los uniformes, y si perdían una de preguntas y respuestas, la revancha era en el campito y al futbol.
Luis, Cacho, Andrés, Roberto, Adolfo, Tato, Hector, Willy, Miky, José, Julito y Julito, Ricardo, Victor, Los Pini. Son algunos de los tantos que componen esa leyenda urbana del centro de Buenos Aires, pero ahí no termina todo:En estos dias estos veteranos van a jugar un partido de futbol en la misma plaza donde cuarenta años atrás, la policía se los llevaba presos. Sólo por seguir siendo poetas a la hora que los idiotas hacen la guerra.
Cientos de veces el comisario mismo de la comisaría 1º Les prohibió aparecer por allí, pero jamás abandonaron lo que por derecho constitucional les pertenecía:LA PLAZA ROMA. No los conozco pero me encantaría estar allí, poder presenciar el último "fulbito" de una raza de porteños que jamas se repetirá. Según mi padre desafiaron hasta Al dictador que gobernó su pais en los años 69, gritandole en pleno desfile y a coro "boludo" boludo".
Reflexionando sobre el espiritu de estos Mohicanos no puedo mas que esbozar una sonrisa y pensar"Que suerte que la raza humana tiene estas aristas, brillantes, con sal".
Mis respetos señores "traviesos", brindo a vuestra salud ya que mi padre fué uno de "esos" gorriones.
Que dios les bendiga y que se haga la magia de que vuestros descendientes tengan esa misma sangre, de la que cualquier Argentino se sentiría orgulloso.
Hoy el mundo tiene el privilegio de contar con muchas personalidades que partieron de la sombra del ombú, el monolito vivo de los hombres libres del sur.
De que vale una plaza, si no hay un niño disfrutandola