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Ni voy, ni vengo.
Ni voy.
Ni vengo.
Ni me quedo contigo.
Ni lo intento.
Ni te insulto.
Ni me ofendo.
Ni te quiero.
Ni lo pretendo.
Ni te compro.
Ni me vendo.
Ni me asusto.
Ni salgo corriendo.
Ni grito.
Ni estoy en silencio.
Ni me río.
Ni me lamento.
Ni yo mismo me entiendo.
Ni espero que tú me comprendas.
Ni voy. Ni vengo...
Tan solo números.
Uno más uno igual a dos. Dos mejor que uno. Uno Siempre solo . ¡Faltaría más! Mejor que mal acompañado. ¿Acompañado? Solo si es en buena compañía. Siempre deseada. Así sí , mejor dos. Dos más uno tres. Tres son un trío. ¿Quién se apunta? Dicen que no hay dos sin tres. Pero creo que sobra uno. Mejor dos. Tres son multitud . Tres eran los Mosqueteros. Tres eran los Panchos. Tres los Tenores. Incluso alguien, llegó a tener tres amores. No son muchos para una larga vida. Pero son demasiados los tres a la vez. ¡Eso sí que me sorprende, pardiez! Y también tres, eran las hijas de Elena. Y ninguna era buena. ¡Pero las tres estaban muy buenas! Y también eran tres las Moscas Cojoneras. Aunque quizá, era un cuento. ¡Pues me lo invento! Tres más uno son cuatro. Cuatro, son dos más dos. Dobles parejas. ¿Intercambio? Bueno... Pasemos al cinco . ¡Agáchate que te...! ¡Mejor doy un brinco! Uno solo, más el cinco. Y ya tenemos al seis. Tres parejas. O dos tríos. Demasiado lío. ¡Apaga y vete! Ahora se nos aparece el siete. Siete eran los Magníficos. Y siete los Pecados Capitales . Y también los diputados cavernícolas eran siete. Aunque nunca supe quién era el más zoquete. Y también el mismo número son los días de la semana. Que pasan en un periquete. Se nos va el siete. Ahora también el ocho se nos mete. ¿Ocho? Si huele mal, seguro que es un gocho. Y si suena a estafa. La llaman Tocomocho. Si es un mentiroso. Le dicen Pinocho. Si sabe dulce. Es un delicioso bizcocho. Si aparece un moreno. También le pueden llamar morocho. ¡Abre el paraguas que llueve! Con el agua se acerca el nueve. Aunque él prefiere que le digan el ocho más uno. ¡Chulo como ninguno! Y ya estamos en invierno. Con el frío y la nieve, todos se han quedado helados y ya nadie se mueve. ¡Atención que llega el jefe! Aquí está el diez. ¡Pero qué desfachatez! El cero, es quien aparece primero. Atrás se ha quedado el uno. Uno más uno igual a dos... © Fran Laviada