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Pero los astrónomos que descubren enigmas del espacio sideral deben guardar sus secretos de "estado" o morir quizas por mano humana, como les ocurrió a los científicos Allan Rex Sandage y Brian Marsden Geoffrey, muertos sospechosamente
Podría haber cientos de miles de millones de planetas errantes vagando por nuestra galaxia sin una estrella a la que orbitar, planetas que una vez fueron expulsados de sus sistemas planetarios.
Hay muchos mundos, pero, la inmensa mayoría de los que se conocen, no están a la vista ni con los telescopios más modernos. A los más de 500 planetas extrasolares conocidos hay que añadir ahora otros que flotan libremente entre las estrellas. ¿Es que el cosmos es un caos?
La palabra planeta proviene de la expresión griega π λ α ν ή τ ε ς α σ τ έ ρ ε ς, que quiere decir, "estrellas errantes". Por lo tanto, decir que un planeta es errante parece a primera vista una redundancia. Los planetas errantes, sin su estrella, fueron descubiertos por Hubble en 2001.
Por ser tan sorprendentes los hallazgos, los investigadores advierten que deben confirmar por observaciones de seguimiento. Pero si se verifica este descubrimiento, podría cambiar la manera en que los astrónomos piensan acerca de las estrellas y planetas, y cómo están relacionados.
Los objetos extraños en cuestión están demasiado pálidos para ser vistos directamente, incluso por el Hubble, oero éste lo consiguó. Fueron detectados gracias a su campo gravitacional que dobla y amplifica la luz desde estrellas distantes al fondo, una técnica llamada “microlesing” (microlentizacion).
Desde el 22 de febrero hasta el 15 de junio de 1999, Kailash Sahu (Instituto Científico de Telescopio Espacial) y colegas monitorearon 83.000 estrellas en partes de nuestra galaxia que se encuentran detrás de la nebulosa globular M22. Esos objetos inusuales en cuestión están demasiado pálidos para ser vistos directamente, incluso por el Hubble.
Si estos resultados se confirman por observaciones de seguimiento del Hubble, resultaría que son los objetos celestiales más pequeños que no orbitan alrededor de una estrella. Entonces, ¿Qué es lo que son? Teóricamente, los planetas pueden ser gravitatoriamente arrancados de sus estrellas padres del grupo, para formar una población de vagabundos. Pero tal explicación no satisface a los investigadores. Esos misteriosos cuerpos del tamaño de planetas en M22 podrían componer hasta un 10% de la masa del grupo.
Son demasiado numerosos como para haber sido en algún momento parte de sistemas planetarios normales. Sahu y su equipo decidieron apuntar el telescopio Hubble directamente a través del centro de la nebulosa globular M22, la cual está situada entre la Tierra y el bulto galáctico.
Esto proporcionó al equipo con una masa estelar muy densa, donde buscar objetos de bajo volumen, a la deriva, y un campo de fondo muy abundante de estrellas que pudieran ser amplificadas (o “avistadas”, como les gusta decir a los astrónomos).
La brevedad de los intervalos entre las observaciones del Hubble les hizo difícil calcular un límite en la masa de la Vía Láctea. Los objetos microcristalinos eran a veces tan ligeros de peso como un cuarto de la masa del planeta Júpiter. Pero por esos días era un hallazgo sensacional.
Pero nuestros planetas no son verdaderos nómadas del todo, circulan obedientemente alrededor del Sol pero los misteriosos objetos de M22 descubiertos por Sahu eran errantes, vagabundos no dependían del sol. Y el astrónomo insistió
Sahu y sus colegas publicaron sus resultados en la revista Nature. El Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, Baltimore, Md., colaboraba desde el principio con el Telescopio Espacial Hubble, para la Oficina de la NASA de Ciencia Espacial. Hubble fue un proyecto de cooperación internacional entre la NASA y la Agencia Espacial Europea.
La confirmación de los datos tanto del telescopio espacial Hubble como los posteriores confirman la teoría de los planetas errantes, vagabundos
Para estar seguros de que los datos de Hubble eran exactos se hizo una campaña para rastrear la Vía Láctea. El resultado fue la existencia de diez de esos planetas con una masa algo menor que Júpiter. Y habían pasado desapercibidos hasta hace 15 años.
Los objetos descubiertos se hallan a una distancia de entre 10.000 y 20.000 años luz de la Tierra, pero es seguro que hay otros similares mucho más cerca de nosotros.
Las enanas marrones, o estrellas fallidas, por ejemplo, son objetos con masas inferiores a 75 veces la masa de Júpiter y, por consiguiente, sin presión interna suficiente para dar lugar a reacciones de fusión termonuclear en sus núcleos, como las estrellas normales.
La confirmación de los descubrimientos de la NASA es un bello ejemplo de la aplicación de métodos científicos modernos. Según los expertos, este hallazgo tiene grandes implicaciones para los modelos de formación y evolución planetaria pero también para seguir buscando criaturas extraterrestres o planetas habitables.
El descubrimiento aún mejor estudiado revela que debe haber dos veces más de estos planetas huérfanos y errantes que estrellas en nuestra galaxia. Por tanto, la Vía Láctea se ha enriquecido con millones de este tipo de cuerpos. Esta estimación se basa en una extrapolación estadística realizada sobre los datos obtenidos de una pequeña región de nuestra galaxia.
En el pasado ya se habían observado objetos gaseosos que no llegan a ser estrellas porque carecían de suficiente masa, se trata de las enanas marrones.
Se cree que es muy probable que los planetas errantes fueron “expulsados” en las tempranas etapas de la formación de sistemas solares por choques gravitatorios con otras estrellas.
Este descubrimiento apoya precisamente este tipo de escenario y sugiere que los sistemas planetarios terminan siendo inestables. El cosmos es un mundo aún ahora desconocido.
Sin embargo, las observaciones no pueden descartar la posibilidad de que los planetas detectados puedan tener órbitas muy grandes alrededor de alguna estrella, aunque esta posibilidad se considera muy rara.
Las colaboraciones MOA (Microlensing Observations in Astrophysics) y OGLE (Optical Gravitational Lensing Experiment) han ayudado a descubrir diez planetas errantes más cuya masa es inferior a la de Júpiter, superando incluso al número total de estrellas de la Vía Láctea. Los descubrimientos se han realizado a partir de observaciones llevadas a cabo entre 2006 y 2007 empleando el telescopio MOA de 1, 8 metros, situado en el observatorio Mount John University (Nueva Zelanda). Resultados tan espectaculares fueron publicados en la revista Nature.
MOA y OGLE utilizan microlentes gravitatorias para detectar planetas. Cuando un planeta pasa por delante de una estrella de fondo (normalmente cercana al centro galáctico), su campo gravitatorio distorsiona la luz de acuerdo con la relatividad general de Einstein y el resultado es un aumento de brillo de la estrella que puede durar unos cuantos días. Este método favorece la detección de planetas situados lejos de la Tierra, a distancias de 10.000 a 20.000 años Luz del Sistema Solar.
Observar el efecto microlente permite distinguir casos de planetas errantes de los que no lo son. En esta campaña, para poder observar estos eventos aquí relatados, se vigiló 50 millones de estrellas durante dos años. Una segunda campaña (OGLE), llevada a cabo en el observatorio de La Silla (Chile) con un telescopio de 1, 3 metros, ha detectado el mismo tipo de fenómenos y confirma, los resultados de MOA de manera independiente.
Una futura misión de la NASA (si hay voluntad y financiación) denominada WFIRST (Wide-Field Infrared Survey Telescope) podría estudiar este tipo de objetos y evaluar mejor su abundancia. Se cree que podría descubrir unos mil objetos de este tipo.
Si un planeta como Júpiter fuera expulsado del sistema solar su temperatura sólo bajaría 15 grados centígrados y todavía podría ser habitable. Además podría llevarse consigo algunos de sus satélites naturales. Incluso planetas tipo supertierra que fueron expulsados podrían mantener agua líquida si tuvieran atmósferas densas de hidrógeno. Varios expertos creen que es posible que haya vida en planetas errantes.
Según se ha especulado, la vida en la Tierra podría haberse originado gracias a que algún cuerpo flotante chocó contra nuestro sistema solar hace miles de millones de años.
MOA y OGLE han abierto una nueva era en la ciencia exoplanetaria. A partir de hoy, la existencia de planetas errantes deja de ser una simple hipótesis.
El ser humano siempre ha buscado patrones para entender el mundo que le rodea, inventa clasificaciones, nombres, que le ayuden en esa tarea. Ahora ya parece que la vieja distinción entre estrellas y planetas se diluye según se van descubriendo más objetos en el Universo. Podemos afirmar que hay toda una gradación entre las estrellas más masivas y los planetas enanos o asteroides, pasando por enanas marrones, jovianos errantes, supertierras…
Los periódicos sensacionalistas se aprovechan de la gente de a pie para generar pánico en relación con asteroides, cometas y planetas errantes
Esos otros mundos que apenas conocemos son más fascinantes que el planeta Tierra. Diáspora lo demuestra
Ya en 2001 astrónomos que tuvieron acceso al Telescopio Espacial de la NASA, Hubble, avistaron algo extraordinario: objetos del tamaño de planetas vagando a través de un distante grupo de estrellas, el grupo globular. Al contrario de los planetas en nuestro propio sistema solar, estos objetos eran solitarios – no tenían una estrella central propia.
Cuando dos planetas errantes a pesar de los impedimentos gravitacionales se pasean juntos para extrañeza de los astrónomos
Pocos años después de las hazañas de los astrónomos del “Hubble”, desde el Observatorio Europeo Austral de Chile, dos astronomos internacionales descubrieron dos 'planetas' errantes sin estrella madre que giraban alrededor de sí mismos y vagaban libremente por el espacio. Les bautizaron los gemelos.
El hallazgo consiste en la primera pareja de planetas flotantes libres unida por la gravedad lo cual es casi insólito. Esta pareja está separada por una distancia de seis veces la que hay entre Plutón y el Sol y se sitúa en la región de formación estelar de Ofiuco, a unos 400 años luz del Sol.
Ray Jayawardhana, de la Universidad de Toronto (Canadá), y Valentín Ivanov, del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, publicaron este descubrimiento en el 'Science Express', un servicio en Internet de la revista “Science”
Durante los últimos años, los astrónomos han identificado docenas de objetos con masas incluso inferiores, flotando libres en las inmediaciones de regiones de formación estelar cercanas, pero nunca hasta ahora unidos. "Se trata es un par de gemelos verdaderamente extraordinarios ya que cada uno de ellos tiene una masa de tan sólo un 1% de nuestro Sol", dijo Jayawardhana. "Su mera existencia es una sorpresa y su origen y su futuro son un misterio", agregó.
La existencia de este sistema doble plantea fuertes dudas sobre las teorías más aceptadas en torno a la formación de planetas errantes porque lo normal es que sean expulsados de sistemas protoestelares por un cataclismo local y, sin embargo ahí están siempre juntas.
Porque los dos objetos descubiertos están muy alejados entre ellos -a seis veces la distancia entre Plutón y el Sol-, el vínculo gravitatorio es muy débil, y el sistema no hubiese sobrevivido a un nacimiento tan violento.
El cuerpo mayor de esta pareja errante ya había sido desvelado anteriormente, pero los investigadores descubrieron el candidato a compañero en una imagen tomada en el rango visible con el Telescopio de Nueva Tecnología (de 3, 6 metros de diámetro) en La Silla (Chile).
Decidieron entonces captar espectros ópticos e imágenes infrarrojas con el Telescopio de Gran Longitud (8, 2 metros) del ESO en Paranal, para estar así seguros de que se trataba de un compañero real y no de una estrella de fondo que, casualmente, hubiera caído en la misma línea de visión. Pero el fenómeno siguió como al principio.
Comparando dos modelos teóricos ampliamente utilizados, Jayawardhana e Ivanov estimaron que el mayor de los dos objetos tiene unas 14 veces la masa de Júpiter, mientras que el compañero tendría siete veces la de ese planeta, el gigante de nuestro Sistema Solar.
"Estamos resistiéndonos a la tentación de definir esta pareja como planeta doble, pues probablemente se haya formado en un proceso diferente de los planetas de nuestro Sistema Solar", añadió Ivanov en su informe.
"Ahora tenemos curiosidad por entender si estas parejas son comunes o raras. La respuesta podría aclarar mucho sobre el proceso de formación de estos objetos flotantes de masa planetaria", según el astrónomo Ivanov.
¿La conspiración del cometa Elenin?
El mundo de la Astronomía encontró sospechosas las muertes de dos astrónomos que se hallaban entre los más importantes del mundo.
Brian Marsden Geoffrey, nació en agosto de 1937 y murió en noviembre de 2010. Van a hacer 15 años. Era británico de origen, nacionalizado norteamericano. En 1978 fue director del Centro de Planetas Pequeños situado en Cambridge, Massachusetts. Ese Centro estaba bajo los auspicios de la Unión Astronómica Internacional que es el organismo oficial que recoge los datos de observación de planetas pequeños y cometas.
Pero el mismo mes de noviembre murió tambien Allan Rex Sandage nacido en junio 1926 en Iowa City, Iowa. Murió en California el 13 de noviembre de 2010. Era quizás el más grande astrónomo norteamericano contemporáneo. Trabajaba en el Observatorio Monte Palomar. El Observatorio es propiedad del Instituto Tecnológico de California.
Uno de sus programas más importantes, NEAR (Seguimiento de objetos cercanos a la Tierra) fue muy galardonado. Los asteroides próximos a la Tierra son cuerpos masivos que se mueven cerca de o hacia la Tierra. Algunos de esos objetos son potencialmente peligrosos para la Tierra y se les buscan, controlan y se les hace un seguimiento como si de entrada fueran enemigos.
“Ambos hombres murieron de una encefalomielitis aguda diseminada o encefalitis postinfecciosa que es una enfermedad inflamatoria desmielinizante del sistema nervioso central. Por lo general puede ser producida por un virus o bacteria o producirse espontáneamente. Consiste en la inflamación autoinmune que lleva a la destrucción de las vainas de mielina en la sustancia blanca y tiene similitudes con la esclerosis múltiple avanzada. Es una enfermedad rara, cuya incidencia es de 0, 8 casos por 100.000 personas/año y afecta preferentemente a niños y adolescentes, la mayoría de los casos se producen entre 5 y 8 años. Esta enfermedad puede ser rápidamente inoculada con un arma de aerosol a menudo utilizado por la CIA.
“…Murieron con un intervalo de 15 días…”. Eran poseedores del “Secreto de Elenin”
Estaban especializados en la investigación y la observación de los cometas. Estaban amenazados de muerte por agencias del gobierno de EE.UU, en el caso de que revelaran sus hallazgos sobre la trayectoria y el tamaño real del Cometa Elenin. Pero persistían en tratar de revelar los hechos reales al público, sin hacer caso a las amenazas. Unas semanas más tarde, la trayectoria de Elenin la dio oficialmente la NASA pero era claramente una falsificación.
Según los cálculos de los astrónomos muertos tan extrañamente eran que ese cometa podía colisionar con la Tierra o rozar la corteza terrestre. Las consecuencias serían una “herida o un gran rasguño” de la corteza terrestre a lo largo de todo el planeta. Un verdadero desastre. La mitad de la humanidad quedaría diezmada
Michio Kaku, famoso por haber predicho otros desastres naturales estaba de acuerdo con los astrónomos norteamericanos muertos
El físico japonés Michio Kaku, quien predijo con exactitud varios Terremotos en Japón, anunció un desastre mundial. Anunció a los ciudadanos del mundo de un potencial megaterremoto. Michio Kaku habló en este sentido durante una aparición en el programa “Good Morning America.”
Explicó que había probabilidades de que varios terremotos afectaran a la tierra en en diversos lugares. Puede haber una fuerte sacudida, en varias partes, y afirmó que las ciudades del mundo no están preparadas para esta eventualidad…
“En los próximos meses con el paso de el cometa Elenin, que no es un cometa sino una “enana marrón” un planeta cinco veces mayor que Júpiter, pasa a través de nuestro sistema solar cada 3600 años. Su órbita es el de ida y vuelta entre nuestro sistema y la de Orión”.
Esta historia ilustra la importancia tanto de la seguridad de la Tierra respecto a los asteroides y aún más en relación con los descubiertos planetas errantes que no obedecen a ninguna órbita. Desde la amenaza del cometa Elenin hasta ahora ha habido otras muchas falsas y si sacamos a colación esta historia es porque los medios están sustituyendo a los científicos y a los astrónomos. Por eso Diáspora se ha apartado aparentemente de su digamos frialdad u objetividad respecto a las amenazas llegadas del cosmos, los extraterrestres, los ovnis e historias parecidas