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El Plan Condor allanó el camino a Pinochet, a la muerte de Allende, y a las dictaduras de América

20/09/2016 11:00 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

La Operación Cóndor fue un pacto criminal de una red de dictaduras en América Latina. Ya a principios de 1974, oficiales de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia se reunían bajo la batuta de Kissinger y Nixon para preparar acciones contra elementos subversivos

Un antecedente directo de las operaciones contra los dirigentes del Cono Sur y de Brasil en los años 70, fue el Decreto Noche y Niebla de Adolf Hitler. El Plan Cóndor fue una operación similar a la estrategia de la tensión utilizada en Italia en los setenta, la cual estaba dirigida por la llamada Operación Gladio, de la que Licio Gelli fue un miembro destacado.

Henry Kissinger, secretario de Estado de Estados Unidos durante las presidencias de Richard Nixon y la de Ford, fue el autor intelectual e ideólogo del Plan Cóndor.

El premio Nobel de la paz de 1973 le fue concedido a Henry A. Kissinger por su participación en la negociaciones de paz para poner fin a la guerra de Vietnam. Este premio fue compartido con su interlocutor vietnamita (Le Duc Tho), el cual renunció al mismo debido a que los tratados no se respetaron y la guerra se prolongó. Pero, por su parte, Kissinger nunca renunció al premio.

“¿Por qué se considera un desacierto que le diesen un Nobel de la paz ?”-fue una pregunta corriente en los medios.

Se admite su participación en la organización del golpe de estado contra el gobierno democrático, recién elegido, de Salvador Allende en Chile y en el golpe de estado en Uruguay cuando se veía el advenimiento de la izquierda uruguaya presidida por la agrupación progresista Frente Amplio, ambos acaecidos en 1973, según el ex-presidente Mujica.

En Chile y varios países sudamericanos, se le acusa además de haber organizado la denominada Operación Cóndor, un plan sistemático de “desaparición” de opositores dirigido a “combatir el comunismo y la subversión” en toda Latinoamérica.

En ocasión del golpe de estado de Argentina, el 24 de marzo de 1976, alentó y apoyó a la Junta militar a que tomara el poder. Está acusado de complicidad y del estímulo en la eliminación y “desaparición” sistemática de miles de opositores cometidas por la Junta Militar de Argentina.

Se conoce su implicación directa en los bombardeos secretos de Laos y Camboya, ordenados sin permiso del Congreso. Además, Henry Kissinger apoyó al régimen indonesio del general Suharto, acusado del genocidio contra la población de Timor Oriental.

El juez Baltasar Garzón le exigió en 2002 que contestase a sus preguntas sobre asuntos relacionados con derechos humanos y su postura al respecto, pero no hubo respuesta. Estados Unidos brindo entrenamiento, equipo y armas dentro del criterio de la Escuela de las Américas, a los oficiales comprometidos en Condor. Y-el colmo- se incluía asesoramiento sobre el grado de shock que el cuerpo humano puede resistir, señala también el mismo autor. Muchos mandos sudamericanos aceptaron todo eso. El Plan Condor entraba con el pie muy derecho en el cono sur de América.

El Plan Cóndor fue establecido el 25 de noviembre de 1975 en una reunión realizada en Santiago de Chile entre Manuel Contreras, el jefe de la DINA (policía secreta chilena), y los líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina (gobernada por Isabel Martínez de Perón), Bolivia, Paraguay y Uruguay (estos últimos con gobiernos militares).

En 2007, la profesora norteamericana de la Long Island University, Patrice McSherry encontró un documento secreto de la CIA, fechado en junio de 1976, en el que se confirma el secuestro y tortura de refugiados chilenos y uruguayos en Buenos Aires.  Dichos planes emanaban de la Escuela de las Américas y las Conferencias de Ejércitos Americanos. Se detallaba la instrucción en acciones preventivas de  oficiales norteamericanos a policías sudamericanos para la práctica de la tortura muy conveniente y  apropiada para extremistas de la región. Un documento desclasificado de la CIA con fecha 23 de junio de 1976, explica que ya "a principios de 1974, oficiales de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia se reunían en Buenos Aires para estudiar y preparar acciones coordinadas en contra de elementos subversivos".

La Operación Cóndor fue un pacto criminal que arrancó cuando se contó con una tupida red de dictaduras en el Cono Sur y en América Latina.  Ya se estaba gestando el plan en el 1964 al llegar al poder en Bolivia el general Hugo Bánzer en 1971, tras varios golpes de Estado.

El 4 de septiembre de 1970 el médico y cirujano chileno, Salvador Guillermo Allende Gossens, fue elegido constitucionalmente presidente de la República de Chile, para iniciar su mandato a partir del 4 de noviembre; pero ya desde de dos meses antes de las elecciones, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, ordenó  a la Agencia Central de Inteligencia, CIA, “hay que evitar que si gana, Allende asuma el poder, o habría que derrocarlo”.

Antes del 15 de septiembre de 1970 Nixon se reunió con el Consejero de Seguridad Nacional Henry Kissinger, el fiscal general John Mitchel y el director de la CIA Richard Helms en su despacho de la Casa Blanca, y ordenó actuar contra Salvador Allende. El operativo empezó en Asunción con el respaldo de Stroessner para  proteger a Nixon, quien oficialmente no debía saber nada.

Stroessner, un dictador, sustituyó a Nixon en el fin de Salvador Allende.Con el apoyo asegurado de los departamentos norteamericanos de defensa, de estado, de comercio, Tesoro, la CIA y la National Security Agency(NSA), el dictador paraguayo Stroessner de acuerdo con Condor empezó el juego moviendo sus fichas sigilosamente. Primero reunió abundante información de inteligencia militar (II Departamento), Relaciones Exteriores y la estación de la CIA en Asunción valiéndose de la embajada paraguaya en Santiago de Chile, relativas a divergencias y alianzas políticas de Allende que pudieran resultar útiles para la tarea de desestabilización. La embajada paraguaya en Buenos Aires aportó vitales datos, que fueron procesados en Langley, cuartel general de la CIA en EE.UU., antes de ser remitidas a las instancias decisivas en Santiago de Chile.

En segundo término, se inició un voluminoso flujo bancario entre Asunción y Santiago, dinero negro que se utilizó para financiar huelgas, sobornar autoridades civiles y militares, políticos, empresarios, sindicalistas y organizaciones paramilitares chilenas de la derecha. El flujo se había agudizado semanas antes, siendo vital el desempeño del general golpista chileno Roberto Viaux quien se hallaba exiliado en Paraguay, enemigo de Allende. Nixon no tenía necesidad de mover un dedo, pues Stroessner conocía el manejo de Condor y había que inocentar al presidente y a Kissinger era vital. Las caramboles siempre ocurren.

Finalmente, como es la norma, los aeropuertos de Paraguay y otros países de Condor fueron cedidos al Pentágono como soporte de apoyo logístico a Pinochet, incrementándose inusualmente el tráfico aéreo entre Panamá-Asunción-Chile- Buenos Aires, con equipos y personal de comunicaciones, armas y pertrechos destinados a los complotados contra el gobierno constitucional chileno electo. Las tareas en Asunción fueron coordinadas por William Meyer, coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, elegido por Kissinger, de quien recibía órdenes directas.

El golpe que estaba en curso tal como Nixon y Kissinger lo habían previsto, antes de que Allende jurara el cargo. Finalmente se produjo el 11 de septiembre de 1973. De inmediato entraron en ación los ejecutores designados : el ejercito con aviación, tanques y artillería atacaron la Casa de la Moneda (sede de la presidencia) en Santiago de Chile, y el asedio entrañó la muerte del presidente Allende y de muchos de sus colaboradores y ayudantes y la desaparición de los detenidos que se rindieron con promesas de inmunidad, la instauración inmediata de la dictadura del general Pinochet. Los medios, instituciones y voceros más conservadores sostienen con convicción que el libreto de la masacre contra el Gobierno de la Unidad Popular de Allende había sido redactado en la Casa Blanca.

Pinochet, hombre agradecido, hizo su primer viaje como jefe de estado chileno  a Paraguay, donde personalmente expresó su gratitud a Stroessner por los servicios prestados.También la de Nixon y el gobierno de Estado Unidos.Le entregó la distinción de General Honoris Causa del Ejército chileno.Nixon no figuraba para nada y, además, tenía a sufavor muchos medios de comunicación de América que desfiguraron los hechos ridiculizando a Allende.

Desgraciadamente para él, el tutor de Pinochet, Richard Nixon, no tuvo tiempo de unirse al festejo. Se encontraba asediado ya por las investigaciones relativas al escándalo del Hotel Watergate, y se vio obligado a dimitir tres meses después.Kissinger salió indemne.Pero el Presidente Ford que sucedió a Nixon, sin saber demasiado del tema, siguió el juego y cumplió las directrices de Kissinger, secretario de estado, que no movió de la Casa Blanca.Esta convicción se hizo confesión, muchos años después, en EE.UU.y en el mundo.

Pero a comienzos de 1973, investigadores legislativos, ayudados por un audaz juez federal y la máquina mediática, lograron filtrar ante la opinión pública diversos actos de corrupción y escándalos delictivos. Prácticamente cada día se conocían nuevos casos que demostraban “los horrores de la Casa Blanca”. Las operaciones gubernamentales ilegales- los pinchazos de todos los teléfonos de senadores y representajntes, las cintas grabadas ilegalmente, el juego sucio alcanzaban a todas las áreas posibles. La popularidad de Nixon cayó por los suelos y hasta se comenzó a barajar la posibilidad del juicio político.

El presidente Nixon intentó evadirse de las denuncias, evitar las interpelaciones y hasta rehusarse a los pedidos de la Justicia de entregar material sensible de la Casa Blanca. Sin embargo, pronto la Corte Suprema de Justicia dictaminó en su contra y, ya cerca del juicio político, Nixon debió renunciar. Era el 8 de agosto de 1974. Un día más tarde, asumiría el vicepresidente Gerald Ford

Cuando  se  desclasificaron documentos y transcripciones de conversaciones que revelaban la participación y autoría de la administración de Nixon y su Consejero de Seguridad Nacional Henry Kissinger, la reación de la opinión públicafue asombro y de alivio.

Nixon insiste que no podía aceptarse la “elección y consolidación de un Gobierno comunista en América”, y mucho menos con las herramientas de la democracia. A su juicio, “no se podía perder a Chile, como a Kennedy le ocurrió con Cuba”.

La desclasifición de más de 24.000 documentos secretos procedentes de la Secretaría de Estado y de la CIA, acerca de la ayuda prestada por Nixon y Kissinger a Pinochet y a los militares golpistas desvelan toda la trama que montó en el poder a una feroz dictadura que había de durar diecisiete años.

Chile era un dolor de cabeza para el imperio, “el gran problema de la Casa Blanca hoy día es Chile”. EE.UU y sus canales de comunicacion niegan y banalizan las acusaciones en su contra, por las acciones encubiertas que ejecutó, no sólo en América sino en todo el mundo. Los pueblos no deben esperar para alzar su voz a que transcurran 40 años a que se desclasifiquen documentos que revelan los planes de conspiraciones, masacres y asesinatos.Las fosas no hablan.

Kissinger escribió la hoja de ruta que siguieron todas las dictaduras del mundo y costaron mas vidas que la bomba atómica

Y es por eso que Wikileaks y los informes del exanalista de la NSA (Servicio Secreto de Estados Unidos) Snowden, son tan bienvenidos por quienes desean saber la verdad de lo que pasa en el mundo, sin tener que esperar medio siglo.

El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet, ayudaba así al plan general de Kissinger de “ajustar” el Cono Sur, donde crecían movimientos populares de envergadura, también en 1973, se instaló la dictadura cívico-militar en Uruguay. Asímismo, sólo tres años después, el 24 de marzo de 1976, una junta militar, presidida por el general Jorge Rafael Videla, tomó el poder en Argentina, país en el cual había comenzado a actuar la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) desde el 21 de noviembre de 1973, cuando Juan Domingo Perón todavía era presidente. La Triple A actuó en una coordinación criminal, con la dictadura de Pinochet en Chile. Esto se descubrió en las investigaciones sobre la Operación Colombo, un modelo de guerra sucia que se ejecutó en 1975.

A partir de 1976, la DINA chilena y su homologa argentina, la SIDE, fueron la vanguardia del Plan Cóndor. Los "vuelos de la muerte" ampliamente utilizados durante la Guerra de Independencia de Argelia (1954-1962) por las fuerzas francesas, a fin de que los cuerpos que caían al mar desde helicópteros, no generaran pruebas ya que desaparecían en el mar. 

También existieron muchos casos de robo de bebés de padres de izquierda inexplicables en la dictadura cívico-militar argentina, que se realizaron con el mismo fin que los llamados "vuelos de la muerte": guerra psicológica y física impune, como en los días de Franco.

Cuando se descubren los Archivos del Terror

El 22 de diciembre de 1992, un volumen importante de información sobre la Operación Cóndor salió a la luz cuando Martín Almada, un juez de Paraguay, visitó una comisaría en el Lambaré -barrio urbano de Asunción(Paraguay)- para buscar rastros de un ex preso político desaparecido. En su lugar se encontró con lo que se conoció como los "archivos del terror" que contenía, más de 700.000 piezas documentales que incluían todas las comunicaciones escritas entre autoridades del país, especialmente de lo que se conocía como “Operativo Cóndor”, que dejó al descubierto un sistema de intercambio de prisioneros, control de civiles y espionaje durante las dictaduras de aquel momento, en Paraguay, Argentina, Chile, Brasil y Uruguay. En el archivo se detallaba el destino de miles de latinoamericanos secretamente secuestrados, torturados y asesinados por los “servicios de seguridad” de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Algunos medios de estos países han utilizado desde entonces algunas partes de este archivo para procesar a ex oficiales del ejército. Los archivos cuentan 50.000 personas asesinadas, 30.000 desaparecidos y 400.000 encarcelados. Un cable de ANSA, publicado en portada del matutino “ABC Color“, de Asunción, afirmaba el 3 de diciembre de 2012, que el descubrimiento de los "Archivos del Terror", no fue una "casualidad" sino consecuencia tardía por las difíciles condiciones políticas de Paraguay, de las operaciones de contrainteligencia relatadas por Alberto Nadra en un libro publicado en noviembre de ese año.

Según estos archivos, a pesar de que Perú no se encontraba en las reuniónes secretas de Condor, pero colaboró en diverso grado, proporcionando información de inteligencia en respuesta a las peticiones de los servicios de seguridad de los países del Cono Sur. Hay pruebas de su colaboración con esos regímenes. Por ejemplo, en junio de 1980, se conoció que cooperó con agentes argentinos del Batallón de Inteligencia 601 en el secuestro, tortura y desaparición de un grupo de Montoneros uruguayos que se encontraban exiliados en Lima.Tambien se aclara el papel vital de Stroessner en todo eso.

Los "archivos del terror" también revelaron la colaboración, mayor o menor, de los gobiernos de Colombia y de Venezuela (se supone que Luis Posada Carriles se encontraba en la reunión secreta que ordenó el asesinato de Orlando Letelier con un coche bomba en territorio norteamericano). Se ha alegado también que la organización paramilitar colombiana conocida como Alianza Americana Anticomunista  trabajó para la Operación Cóndor.

Cuando la persecución de  los subversivos se globalizó. La Operación Cóndor abarcó tanto países de América Latina como de Estados Unidos y Europa.

El 30 de septiembre de 1974, en Buenos Aires, el general retirado del ejército chileno Carlos Prats fue asesinado junto con su esposa Sofía Cuthbert fuera de su propio departamento, por una bomba activada a control remoto, lanzando los restos hasta el balcón planta novena del edificio de enfrente. Según documentos secretos el agente de la DINA Juan Morales Salgado vigilaba los detalles de la vida de Prats y su esposa. El autor material del atentado fue Michael Townley, agente de la CIA.

En los asesinatos del general Carlos Prats en Argentina y del ex ministro del gobierno de Salvador Allende, Orlando Letelier y su asistente, Ronni Moffitt, ciudadana norteamericana, quien también murió en la explosión en Washington, intervino el terrorista italiano Stefano Delle Chiesa, quien fue miembro de la Operación Gladio, que tambien hizo asesinar en Roma a Bernardo Leighton. Quien disparó su ametralladora hiriendo gravemente a Bernardo Leighton y a su esposa, fue el terrorista de origen cubano Orlando Bosch Ávila. En Madrid intentaron secuestrar a líderes del MIR chileno mientras que en Roma operaron contra disidentes políticos argentinos.

Con Vincenzo Vinciguerra, según el italiano Stefano Delle Chiesa, en  los asesinatos de Prats y Letelier  participó el agente americano Michael Townley de la CIA. En la operación intervenía el cubano nacionalizado norteamericano Luis Posada Carriles. El general Rene Schneider, antecesor de Pinochet en Chile fue secuestrado en principio para hacerle sitio en el sillón de mando.Luego desapareció.

No siempre se trataba de asesinatos, también de la captura y entrega de personas consideradas como “sediciosas" o "subversivas". Un caso de importante repercusión fue el del matrimonio Zaffaroni, quienes fueron secuestrados y desaparecieron en Argentina el 27 de septiembre de 1976. Ambos fueron llevados a un centro clandestino y luego trasladados a Uruguay. Este caso tomó relevancia en 1998 al ser encontrada la hija de la pareja, Mariana Zaffaroni Islas, quien había sido secuestrada por un agente de la Secretaría de Inteligencia.

En Brasil, no hubo necesidad de una actuación o intervención destacada de EE. UU. para convencer a los militares, en Brasil prevaleció tras la tradición de dictadura militar conservada y afincada en el poder desde Castelo Branco, pasando por los años más represivos con Emílio Garrastazu Médici, hasta la apertura democrática realizada hacia el final de la dictadura de João Figueiredo en 1985.

El suceso con mayor eco internacional fue la persecución de la oposición uruguaya en Brasil en un evento que ocurrió en noviembre de 1978 y más tarde conocida como la "O sequestro dos uruguaios“. Allí oficiales uruguayos

Pero la operación ilegal del secuestro de una pareja de militantes de la oposición política uruguaya en Brasil, Universindo Rodríguez Díaz y Lilian Celiberti, junto con sus dos hijos, Camilo y Francesca, de 8 y 3 años de edad, fracasó cuando dos periodistas brasileños --el reportero Luiz Cláudio Cunha y el fotógrafo João Baptista Scalco, de la oficina de la revista “Veja” en Porto Alegre-- alertados por una llamada telefónica anónima, evitaron que el secuestro triunfara. Años después en 1991, a través de la iniciativa del gobernador Pedro Simón, el Estado de Rio Grande do Sul reconoció oficialmente el secuestro de los uruguayos. Brasil firmó el acuerdo Condor más tarde, en junio de 1976, pero se había negado a involucrarse en acciones fuera de América Latina.

Cuando Augusto Pinochet fue arrestado en Londres en el  1998 en respuesta a la petición del magistrado español Baltasar Garzón para su extradición a España, la información relativa a la Operación Cóndor, quedó totalmente aclarada. Uno de los abogados que pidieron su extradición habló de un intento de asesinar a Carlos Altamirano, líder del Partido Socialista de Chile: se afirmó que Pinochet se reunió con el terrorista italiano Stefano Delle Chiesa durante el funeral de Franco en Madrid en 1975 para asesinar a Altamirano. Después de una reunión el mismo año en Madrid entre Stefano Delle Chiesa, el ex agente de la CIA Michael Townley y anti-castrista Virgilio Paz Romero, el plan de liquidar a Altamirano en Madrid finalmente se abandonó.

El juez de instrucción de este caso, Alejandro Solís retiró las acusaciones contra Pinochet en los casos de Prats y su esposa y su colaboración con la DINA chilena, en particular después de que la Corte Suprema de Chile rechazó una demanda para revocar su inmunidad judicial en enero de 2005. Los líderes de la DINA, entre ellos el ex jefe Manuel Contreras, están acusados en Chile por asesinatos. El agente de la DINA Enrique Arancibia Clavel fue condenado en Argentina por  asesinato.

Michael Townley, el general Manuel Contreras, ex jefe de la DINA, y el brigadier Pedro Espinoza Bravo, también miembros antes de la DINA, fueron condenados por los asesinatos Orlando Letelier y su ayudante. En 1978, Chile aceptó entregar a Townley a los EE.UU., a fin de reducir la tensión sobre el asesinato de Letelier. Townley, sin embargo, fue liberado en el marco del programa de protección de testigos. La justicia de EE. UU. está a la espera de Manuel Contreras y Pedro Espinoza para ser extraditados.Michael Townley ha acusado a Pinochet de ser responsable de la muerte de Orlando Letelier.  Confesó que había contratado a cinco cubanos anticastristas exiliados para colocar la bomba en el coche de Letelier, en Washington. En un artículo publicado el 17 de diciembre de 2004 en ‘Los Angeles Times‘, Francisco Letelier, hijo de Orlando Letelier, escribió que el asesinato de su padre fue un crimen importante de la Operación Cóndor, que se describe como "un intercambio de inteligencia de la red utilizada por seis dictadores de Sudamérica.

En Paraguay, la larga dictadura de Alfredo Stroessner se convirtió en coetánea de los dictadores Jorge Rafael Videla y Augusto Pinochet. Los Archivos del horror de Paraguay de 1992 constituyen una de las evidencias más poderosas de la represiva dictadura paraguaya.

Según los Archivos del Terror el Plan Cóndor dejaron un saldo de miles de muertos, presos y desaparecidos. 

En Uruguay, el golpe de Estado se dio en el año 1973 y perduró hasta 1985, lapso en el que se asesinó, torturó, encarceló, secuestró y desapareció a una enorme cantidad de personas, bajo el argumento de la lucha contra la "subversión". Antes de 1973, ya estaban los agentes de la CIA asesorando a las fuerzas de seguridad uruguayas, cuyo ejemplo más conocido fue Dan Mitrione, quien enseñó métodos de tortura a la policía en Uruguay.  La "Escuela de las Américas" situada en Panamá, fue el Alma Mater de la Operaón Condor. En relación a su población, Uruguay fue el país que tuvo mayor número de presos políticos durante la Operación Cóndor. Entre ellos estaba, el luego presidente Mújica, que pasó 14 años en prisión.En la década de los 70, el gobernante  de facto Juan María Bordaberry quien se autonominó dictador y prohibió los partidos políticos.

El papel de Estados Unidos

Por los archivos desclasificados de la CIA, se supo que Manuel Contreras, jefe de la DINA en Chile, fue invitado en 1975 al cuartel General de la CIA en Langley durante 15 días. Después de esa visita, Contreras quiso aparecer como "creador" de la Operación Cóndor. El periodista e investigador Bernie Sanders señala a Henry Kissinger como ideólogo de dicha operación, y parece ser así.

En febrero de 2004 el periodista John Dinges publicó “los años Condors: como Pinochet y sus aliados llevaron el terrorismo a tres continentes”. En el revela cómo los militares uruguayos amenazaron con asesinar al congresista norteamericano Edward Koch (luego alcalde de Nueva York) a mediados de 1976. . En una entrevista para el libro, Koch dijo que George H. W. Bush, en ese momento director de la CIA, le informó en octubre de 1976 -más de dos meses después- cuando ya habían sido asesinados Letelier y su ayudante - que "su influencia para cortar la ayuda militar de EE. UU. a Uruguay por razones de derechos humanos había provocado tal furor en  la policía secreta que volvieron a 'poner un precio a su cabeza'".

Bernie Sanders el candidato en las elecciones por la candidatura demócrata frente a Hillary Clinton le dijo a ésta durante un debate reciente: “Yo soy de los que creen que Henry Kissinger fue uno de los más destructivos secretarios de estado que ha tenido este país en su historia“.

El uso de la palabra "destructivo" alude al hecho de que lo consideraba un criminal de guerra y en uno de sus artículos en la revista "Harper 2001" que luego se convirtieron en documentales bajo el título de "El juicio contra Henry Kissinger", Bernie Sanders le juzgaba por crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y por ofensas contra las costumbres internacionales de convivencia, incluyendo conspiración para cometer asesinatos, secuestros y torturas.La familia del general Schneider, el antecesor de Pinochet ( secuestrado y desaparecido)  llegó incluso a demandar a Kissinger por asesinato, pero no prosperó.

Hillary Clinton le atribuía a Kissinger el mérito de que gracias a sus conversaciones y tratos con los líderes soviéticos logró terminar con la guerra fría. La realpolitik de Kissinger (“realistic politics”) que le hizo famoso, fue muy alabada desde la Casa Blanca. Y Clinton decía que Kissinger fue el único secretario de estado que sabía terminar las cosas que comenzaba. El problema de su sentido moderno de la realpolitik es que hizo cierto la socorrida frase de que "el fin justifica los medios" pero ese término se puede aplicar a todos los Padres de la Patria desde jefferson a George Washington (cuyo lema favorito era “Exitus Acta Probat” o “el resultado justifica los hechos", que haría buenas las brutalidades de dictadores como Joseph Stalin.


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