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Los beneficios y la amargura del cacao, no solo están en su consumo
El chocolate, me ha acompañado desde mi niñez. Mis inicios en el chocolate, fueron algo difíciles, y más, cuando se es un niño. Por un error médico, adjudicaron la culpabilidad del chocolate, al herpes facial que me salía en la infancia. Esto hizo, que como suele suceder en estos casos, lo prohibido fuese lo más deseado, y recuerdo la envidia que suscitaba en mí, el ver como los demás niños, comían chocolate a menudo, y yo debía disfrutarlo en ínfimas dósis, y muy de vez en cuando. Con el paso de los años, se descubrió, que esta anomalía cutánea era debida al calor directo en la cara, y no al chocolate. Recuerdo que mi madre, gran consumidora de éste, lo escondía por doquier. Yo, como buena niña, mujer... y por lo tanto curiosa, me dedicaba a escudriñar los cajones habidos y por haber por toda la casa. Mi ánimo, no era encontrar chocolate, si no "pequeños tesoros" que todos los niños solemos encontrar en los cajones, pero siempre me chocaba de bruces, con algún pequeño trozo de chocolate, mordisqueado y escondido en algún cajón, posiblemente en un arrebato de mi madre, por no ser descubierta.
Dicen que todo se hereda, y en mi caso he cogido el relevo de mi madre, y hoy en día, soy gran consumidora de chocolate negro. No abuso de él, pero si tomo pequeñas dosis diarias.
El orígen del chocolate se ubica en las tierras tropicales de América del sur. Los últimos descubrimientos, hacen pensar, que éste se empezó a consumir, alrededor del 1.900 a.c. A pesar de que Cristóbal Colón, fue el primero que llevó muestras a los Reyes Católicos, debido a su sabor amargo, no fué introducido en Europa, hasta que Hernán Cortés, lo volvió a traer, y lo presentó a Carlos I. De ahí, surgió la historia del chocolate en Europa. Hoy en día, los principales productores de cacao, están en África.
Por todos es sabido, que consumir chocolate, es uno de los placeres gastronómicos más apreciados. Al consumirlo, se liberan endorfinas, y esto hace que obtengamos una sensación de alegría y optimismo. Aparte de su gran aporte energético, el chocolate puede tener carácter nootrópico, es decir, es similiar a una "droga", que según diversos estudios, puede elevar la capacidad cognitiva y la actividad cerebral. Y no sólo eso, si no que también, se ha demostrado, que es beneficioso como anticoagulante, antioxidante, anticancerígeno, antidiarréico, antitusígeno, reductor de la presión sanguínea y por si esto no fuese poco, las ultimas informaciones nos conducen a que también es beneficioso para los enfermos de fibromialgia, ya que al liberar endorfinas, reduce la sensación de dolor. Todos estos beneficios se encuentran exclusivamente en el chocolate negro, es decir, el chocolate con una cantidad de cacao superior al 72%. También he de apuntar, que se debe consumir en pequeñas dosis diarias, ya que consumido en exceso, puede llevarnos a la obesidad, otro de los grandes problemas de salud que nos rodean, aunque se ha demostrado que la grasa del chocolate, no aumenta los niveles de colesterol en sangre.
Entre muchos otros beneficios, eleva la actividad cerebral
Diríamos, que hasta aquí, todo son beneficios con el chocolate, pero existe una parte mucho más amarga que el propio sabor del cacao. Los grandes productores en África, utilizan niños, incluso menores de 11 años, para la recolección del cacao. Estos niños, en ocasiones, son vendidos por sus propios padres a los agricultores, pasando a ser esclavos y maltratados en caso de huír. Lo que me parece indignante es, que siendo los paises desarrollados, los mayores consumidores de chocolate, las empresas productoras, no pongan freno a estas atrocidades, permitiendo llenar sus arcas dando placer a la población, a costa del sufrimiento de estos niños.
Desde aquí, aliento a todo el mundo, a consumir chocolate negro, ya que como hemos leído, es muy beneficioso para nuestra salud, pero también quiero llamar la atención, a las grandes compañías chocolateras, para que parte de las inmensas ganancias que reciben, las inviertan en los cultivos. De esta forma, podríamos erradicar la mano de obra infantil en el cacao, que en este caso, no solo trabajan siendo niños, si no que también pasan a ser los exclavos maltratados del cacao.