Aprende los tres tipos de ciclos biogeoquímicos principales y sus relaciones
Aunque nos pueda parece un poco complicada la palabra, biogeoquímico es un concepto bastante sencillo de entender que nos resumen, en una sola palabra, todos los procesos que rodean a la vida en la tierra.
Dentro de nuestro planeta, la energía fluye, de una forma u otra, a través de todos los medios y seres vivos. Esta energía, por lo general entra en la Tierra a través de la luz solar y acaba saliendo de la misma convertida en calor. Y para que este proceso ocurra, a través del medio y los seres vivos, los agentes químicos son una parte muy importante del sistema.
Como la propia palabra indica los ciclos biogeoquímicos son aquellos donde la biología, la geología y la química se unen para transformar las energías que poseemos dentro de la tierra. Si quieres saber un poco más de cada uno de ellos, los puedes leer aquí.
Un ejemplo claro para entender el término
Un buen ejemplo de estos somos los propios seres humanos: aunque pueda parecernos un término lejano, lo cierto es que en la tierra todo está compuesto por átomos, hasta nosotros mismos.
Estos átomos que hoy en día conforman nuestros cuerpos humanos son los mismos que existían antes de la formación de nuestro planeta y que, desde entonces, han estado reciclándose para formar parte de otros muchos organismos, medios y objetos inertes.
Los ciclos biogeoquímicos en la naturaleza
Para que se pueda entender fácilmente, hemos de pensar que cualquier cosa que exista en nuestro planeta, tarde o temprano se descompone o cambia de forma. Los seres vivos nos descomponemos al morir y otras moléculas orgánicas pasan de estar, por ejemplo, en el agua a almacenarse en la atmósfera en forma de nubes.
Podemos distinguir tres tipos de ciclos biogeoquímicos: los ciclos gaseosos, los ciclos hidrológicos y los ciclos de nutrientes
La naturaleza con sus perfectos engranajes es la encargada de realizar todos estos procesos de forma inequívoca, haciendo que cada átomo pase de una forma a otra de forma constante.
Por ejemplo, el ciclo biogeoquímico más claro que os podemos explicar sería el del agua. El agua forma parte tanto de los seres vivos como de la propia naturaleza. Se acumula en nuestros cuerpos, debajo de la tierra o en los mares, entre otras muchas localizaciones. Una parte de esta agua, sí o sí, acabará por evaporarse, por formar parte de algún ser vivo u objeto inerte o por formar parte de algún proceso geológico.
En cualquiera de estas tres opciones, el agua pasaría de un estado líquido (como corriente en cualquier río, por ejemplo) a un estado biológico (formando parte de algún ser vivo) o a un proceso geológico (erosionando las cuencas de un río).
Los tipos de ciclos biogeoquímicos
De forma básica, podemos distinguir tres tipos de ciclos biogeoquímicos: los ciclos gaseosos, los ciclos hidrológicos y los ciclos de nutrientes. Estos tres tipos de ciclos están interconectados entre sí, de forma que la materia pasa de unos a otros transformando su forma para adaptarse a las necesidades de cada uno.
Los ciclos de nutrientes son aquellos donde las sustancias se encuentran en la propia tierra, en los seres vivos y dentro de la hidrosfera. Sería, por ejemplo, lo que ocurre cuando un animal muere en la naturaleza; se descompone y sus restos pasan de estar en un ser vivo a formar parte del medio natural.
Los ciclos gaseosos son los que cuentan con presencia, sobre todo, dentro de la atmósfera y en los propios organismos vivos como los animales o las plantas. De estos ciclos son de donde se extraen el oxígeno o el nitrógeno.
Finalmente, los ciclos hidrológicos son los encargados de, a través del agua, mantener el calor que nos llega desde el sol dentro del planeta. En estos ciclos el agua circula de forma permanente entre los seres vivos, la tierra, los ríos, mares y océanos y el propio aire.
Los ciclos biogeoquímicos son aquellos donde la biología, la geología y la química se unen para transformar las energías que poseemos dentro de la tierra
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