Desde la irrupción de Ollanta Humala en la política peruana es común escuchar el término nacionalismo para identificarlo a él y a sus seguidores, a los políticos de su entorno como el bloque nacionalista, a los famosos humalistas o reservistas adeptos al comandante como nacionalistas
Desde la irrupción de Ollanta Humala en la política peruana es común escuchar el término nacionalismo para identificarlo a él y a sus seguidores, a los políticos de su entorno como el bloque nacionalista, a los famosos humalistas o reservistas adeptos al comandante como nacionalistas.
El nacionalismo como movimiento o ideología social nace junto al concepto de nación que tiene como único referente de identidad y pertenencia a una determinada nación. Pero es más conocido el término en el ámbito de los movimientos nacionalistas que esgrimen un sin número de reclamos justamente nacionalistas, basada en una doctrina política determinada.
Nuestra realidad peruana y latinoamericana muestra más bien un nacionalismo de izquierda o popular que en vez de presentar una sola vertiente de pensamiento manifiesta diversas corrientes que tienen una base común nacionalista y revolucionaria, impregnada de ideas socialistas, rebautizándose como un nacionalismo social que tiene un fin prioritario: el intervencionismo estatal en todos los sectores económicos considerados estratégicos, teniendo al Estado como regulador de las relaciones laborales y de producción. Este nacionalismo popular pone énfasis además en la doctrina laicista – separación Iglesia y Estado – así como en el ecologismo – protección de la madre tierra.
En contraposición al nacionalismo esta el patriotismo, el amor que tiene uno a su país
Estos ejemplos nos muestran un nacionalismo como doctrina, idea, visión, guía, etc., que no es más que un instrumento de separación y exclusión entre los peruanos, pues manifiesta un arraigado complejo aún soterrado del peruano que no se identifica como tal, sino como una clase social a la que se la ha sojuzgado y excluido por cuatro siglos de historia y que aún no desea integrarse a la “marca Perú” por el resentimiento que todavía está presente en esa región sureña del país.
En contraposición al nacionalismo esta el término patriotismo, que particularmente lo describo como el amor que tiene uno a su país, siendo la máxima expresión de este amor el morir por su patria.
El patriota es aquel que ha logrado ser parte de esta identidad cultural caracterizada por determinados valores de pertenencia, respeto y gratitud por lo que se ha construido y que se refleja en la historia pasada y actual que hacen del peruano un ser único en el entorno latinoamericano. Patriota que busca la apertura y el diálogo antes que el conflicto y el derramamiento de sangre entre peruanos. Patriota que muestra su riqueza y cultura, orgulloso de ese logro que es objeto de admiración por el mundo entero.
Esa es la diferencia por la cual peruano te invito a declararte patriota de la paz y el desarrollo social, antes que convertirte en un ser revanchista y destructor de su propia identidad.
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