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Miles de estudiantes aterrizan en España con las maletas cargadas de ilusiones pero también de tópicos
España es el destino preferido de los Erasmus.Los estudiantes la eligen, principalmente para aprender español, una lengua hablada por más de 500 personas en el mundo, pero contribuye a su elección, el irresistible clima, la fiesta, la gastronomía y el legado histórico y cultural que le ofrece nuestro país.
Los italianos (10.030), franceses (7.311), Alemanes(6.490) y británicos (3.524) son los que más han venido a estudiar a España.La mayoría son mujeres universitarias de 23 años y sus ciudades preferidas son Madrid, Barcelona o Valencia.
Prefieren Madrid porque la consideran una ciudad que les brinda la oportunidad de poder sumergirse en el ambiente español y les gusta por el carácter afable y sociable de sus gentes.
Los Italianos, franceses, Alemanes y británicos son los que más han venido a estudiar a España
El 90% no sobrevive con la cuantía económica de la Beca.El presupuesto medio que reciben los Erasmus es de 500 euros mensuales.Son becas de seis meses y reciben cerca de 3000 euros al final de la estancia.La mayoría recibe ayuda económica familiar y muchos se ven obligados a buscar un empleo.
" Elegí España por el idioma y Madrid porque había de todo para hacer y conocer" afirmaba Sophie, estudiante Belga residente en Madrid.Los estudiantes perciben la capital española como un lugar diverso y lleno de oportunidades.Cada cuatro de diez estudiantes deciden quedarse en España después de finalizar sus estudios.
Disfrutan del ocio y salen de fiesta cinco o siete días a la semana, aunque hay algunos estudiantes que no se adaptan y deciden regresar a su país.Engordan una media de diez kilos y reconocen que sus alimentos preferidos durante su estancia en nuestro país son las hamburguesas, la pasta, el arroz y las pizzas con chocolate.
La mayoría son mujeres y sus ciudades favoritas, Madrid, Barcelona y Valencia
Regresan a su país con las maletas llena de buenos recuerdos y a muchos les cuesta readaptarse padeciendo la conocida depresión post-Erasmus.