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La Semana Santa es la fiesta central del cristianismo. El culto católico, del que España fue máximo exponente, utiliza una secuencia determinada de pasajes evangélicos para oficiar la liturgia Pascual
Con el fin de la Cuaresma y la Pascua de Resurrección, comienza el tiempo de Pentecostés, que se prolongará hasta el término de la cosecha de la cebada y el inicio de la recolección del trigo, allá por finales de Mayo. Empieza el tiempo de la Venida del Espíritu, pero antes de esto se debe conocer lo que acaba de quedar atrás.
La Semana Santa tiene cuatro celebraciones mayúsculas: Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo y la más importante, Domingo de Pascua (en la que el Cordero de Dios resucita para proclamar la Buena Nueva en Galilea, o por todo el mundo, depende el evangelio que se consulte). Dejando a un lado Domingo de Ramos, la atención recae en los Días que se lee el Evangelio de San Juan, pero más concretamente en la Pasión (Jn. 18-19).
El Evangelio de San Juan consta de 20 capítulos y un apéndice; en Jueves Santo se lee parte del cap. 13, en Viernes Santo los cap. 18 y 19, y en la Pascua parte del cap. 20. La Pasión es la parte correspondiente al Viernes Santo que celebra la muerte de Jesús (es el único día del año que no hay misa, lo que se desarrolla son Los Oficios) y es en esta jornada donde se centra la tesis del artículo.
Este texto toma como referencia los estudios de Bermejo Rubio
Se inicia el relato de este episodio con la prisión de Jesús por parte de los romanos, Judas, el traidor, iba acompañado de una cohorte además de los alguaciles de los pontífices y fariseos, pero lo notorio aquí es la cohorte. Una cohorte romana estaba compuesta por seis centurias, y cada una de éstas por 80 hombres, con lo que la prisión de Jesús fue llevada a cabo por 480 soldados romanos, un número nada desdeñable para acabar con la pacificidad del Galileo. Tras esto, Jesús es conducido ante Anás. Este pasaje contine una referencia que Caifás (Sumo sacerdote) había aconsejado a los judíos: "Conviene que muera un hombre por el pueblo." (Jn 18, 14) ¿Por qué pueblo teme Caifás? ¿Acaso los judíos están amenazados por los romanos? La respuesta es sí. A continuación, Jesús es conducido ante Poncio Pilatos (y no, no es San Juan donde el prefecto se lava las manos), quién pregunta sobre la acusación que recaía sobre el reo. Parece una broma, ¿Verdad? Una cohorte, mandada por el prefecto va en captura de Jesús y cuando se lo presentan pregunta por qué.
Los versículos que integran los capítulos pasionales del Evangelio de San Juan encierran múltiples motivos de reflexión. Con esto concluye el artículo, dejando la puerta abierta a continuar la narración y observación de los pasajes testamentarios si así se precisara oportuno.