¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Dra. Kandelah escriba una noticia?
Tambien conocida como parálisis de Erb, causada por trauma al momento del nacimiento
La parálisis braquial obstétrica (PBO) es una lesión traumática del plexo braquial que se produce en el momento del nacimiento.
También se conoce como parálisis de Klumpke, parálisis de Erb-Duchenne o parálisis de Erb.
La lesión consiste en la pérdida de movilidad del brazo causada por daño a los nervios de alrededor del hombro (el plexo braquial).
Los motivos de la lesión pueden ser variados pero se suele asociar a partos difíciles.
Frecuentemente el niño, una vez ha sacado la cabeza tiene dificultades para pasar sus hombros por el canal del parto.
El mecanismo de tirar de la cabeza puede producir lesiones en los nervios que transcurren por debajo de la piel produciendo una elongación, una ruptura o un arrancamiento a nivel de la médula espinal de una parte de ellos. Un nervio arrancado desde la raíz no recuperará nunca su función completamente. Por el contrario un nervio que ha sufrido una elongación tiene posibilidades de que se produzca una recuperación espontánea.
Dependiendo del nivel de las raíces dañadas podemos tener diferentes grados de parálisis braquial en los bebes:
Superior o Duchenne-Erb: lesión de C5-C6 y ocasionalmente C7
Inferior o Cumple: lesión de C8 y T1
Total: lesión de C5, C6, C7, C8 y T1
En el caso de lesiones totales frecuentemente presentan también fractura de clavícula (puede haber sido una maniobra terapéutica utilizada para facilitar la salida del bebe), y síndrome de Claude-Bernard-Horner (daño de la vía simpática cervical) que se detecta por tener el niño el ojo más cerrado de lo normal.
Factores pueden contribuir a aumentar el riesgo de una PBO:
Parto de nalgas
Distocia de hombros
Peso del recién nacido superior a la media
Uso de fórceps o espátulas durante el parto
Dependiendo de la intensidad del daño puede producirse un bloqueo transitorio de la función del nervio. En estos casos se consigue una recuperación espontánea en aproximadamente dos semanas.
En los casos en que no hay recuperación espontánea es necesaria la intervención microquirúrgica. Dicha intervención se aconseja durante los primeros meses de vida, para asegurar el máximo rendimiento.
El objetivo de la intervención es la de explorar el plexo, detectar las lesiones y hacer una reparación del plexo braquial. Esta reparación consiste generalmente en reparar el plexo mediante injertos de nervios procedentes de las pantorrillas. Los nervios de las piernas se toman por medio de incisiones longitudinales.
Se espera obtener la reinervación del codo y de la mano.
Después de la intervención el niño deberá ser inmovilizado entre 4 y 5 semanas aproximadamente.
Los resultados no se podrán valorar hasta pasados de 4 a 8 años después de la operación .El resultado final dependerá tanto del éxito de la cirugía como del trabajo de fisioterápia y del trabajo en casa realizado con la familia. Es impotante también que el niño en la medida de lo posible utilice su brazo y no lo rechaze.
Posteriormente o en casos de recuperaciones espontáneas se podrán realizarar intervenciones paliativas en función de las secuelas que se presenten.