Según un estudio de la Universidad de Kentucky realizado sobre parejas con problemas de infertilidad en las que las mujeres eran no fumadoras, pudieron comprobar que aquellas en las que el hombre era fumador tardaban más tiempo en concebir que en las que ningún miembro de la pareja lo era.

También recogieron que los fumadores tenían menor cantidad de relacciones sexuales al mes, y que estas eran menos satisfactorias. Los análisis del esperma comprobaron que la calidad de los espermatozoides también era inferior en los fumadores.

Se cree que el tabaco produce alteraciones hormonales que afectan a su vez a la formación de los espermatozoides.

Por todo ello, este estudio aconseja que " dejar de fumar es el mejor gesto que las parejas pueden hacer en el tratamiento de la infertilidad".