Medio millón de personas están huyendo o tratando de huir de una zona remota de Pakistán donde reinan las milicias islámicas y que ha sido objeto de una intensiva ofensiva del gobierno, informaron el viernes las autoridades pakistaníes.

También el viernes, la agencia de refugiados de las Naciones Unidas dijo que el gobierno provincial estima que entre 150.000 y 200.000 personas han llegado a áreas seguras de la Provincia de la Frontera Noroccidental en el curso de los últimos días y que otras 300.000 personas han huido de las zonas de combate o desean hacerlo pero no pueden hacerlo debido a los enfrentamientos o al toque de queda.

Los enfrentamientos se registran luego que Estados Unidos presionó a Pakistán para que combata a los milicianos que avanzaban hacia la capital luego de colapsar un acuerdo de paz.

Ron Redmond, vocero del Alto Comisionado para Refugiados de la ONU, dijo en Ginebra que el éxodo de personas del valle de Suat y de otros distritos cercanos se suma al de más de medio millón de personas desplazadas por combates en otras partes de la región fronteriza de Pakistán desde agosto de 2008.

Las fuerzas del gobierno están librando combates en tres distritos que se extienden unos 1.000 kilómetros cuadrados (400 millas cuadradas), pero la mayor parte de la lucha se ha centrado en Mingora, la principal ciudad del valle de Suat. Se trata de un bastión de los insurgentes en el cual vivían unas 360.000 personas antes de la llegada de los milicianos hace dos años.

Por otra parte, un jefe militar dijo que el ejército de Pakistán mató a 140 milicianos del Talibán en combates librados durante las últimas 24 horas en el valle noroccidental de Suat.

El general Athar Abbas dijo que la ofensiva del viernes era "a fondo", y que la intención es eliminar la presencia del Talibán del estratégico valle de Suat.

Abbas no ofreció información alguna sobre bajas entre los civiles.

Por otra parte, aviones de la fuerza aérea de Pakistán sobrevolaron un enclave controlado por milicianos del Talibán y bombardearon algunas posiciones rebeldes.

El ejército de Pakistán lanzó al menos una docena de operaciones en la región fronteriza en los últimos años, pero muchos de ellos no tuvieron resultados ostensibles, excepto grandes daños y un enorme número de víctimas civiles.

Para terminar una de estas ofensivas, el gobierno firmó un acuerdo de paz en el valle de Suat que permitía el establecimiento de la ley islámica en la región.

Sin embargo, el acuerdo comenzó a desplomarse el mes pasado cuando combatientes del Talibán en el valle de Suat avanzaron hacia Buner, un distrito vecino ubicado a 100 kilómetros de Islamabad.

El primer ministro de Pakistán solicitó el jueves ayuda internacional para el creciente número de refugiados y prometió acabar con el Talibán.

"Hago un llamado al pueblo de Pakistán para que respalde a su gobierno y a su ejército en este momento crucial. Prometemos eliminar a aquellos elementos que han destruido la paz y la tranquilidad de la nación y juraron tomar como rehén a Pakistán a punta de pistola", indicó el primer ministro Yousuf Raza en un mensaje al país por televisión.