En el Día del Padres muchas vivencias salen a relucir ese amor sublime del progenitor, nuestra historia tiene como protagonista a Segundo Alberto Rodríguez Esteban (38) quien junto a sus tres hijos, fue abandonado hace un año y medio por la que creía que era el amor de su vida.

“Llore mucho aquella mañana de diciembre del 2011 cuando ella me abandono, no lo importo ni siquiera nuestros menores hijos” nos comenta sollozando al referirse con nostalgia a Isela Iturraran Días su ex conviviente y Madre de sus pequeños Kerly Anicia, Miler Francisco y Sherly Maricielo.

A pesar de tan duro golpe que le dio la vida “Zomponti” como cariñosamente lo llaman sus amigos y familiares en la Comunidad de Nueva Italia Rima, no se ha refugiado en el alcohol ni las drogas como sucede comúnmente en muchas otras historias similares.

“El amor a mis hijos pudo más que el despecho o la decepción que sufrí, me dije a mi mismo, tengo que salir adelante no voy a abandonarlos” nos refiere limpiándose los ojos de unas amargas lágrimas como el mismo lo llama “Me disculpan, pero los hombres también lloramos” concluye.

Como anécdota de su vida, nos cuenta que recibió en el Día de la Madre una canasta de víveres por parte de la enfermera del puesto de salud de Rima la señora Nair Panduro

Desde aquella vez, cuando quedaron solos sin el amor Maternal, don Segundo Alberto ha trabajado incansablemente en múltiples oficios como: Pescador, jornalero, matero entre otros para que sus hijos no dejen de ir a la escuela, “les doy todo el amor y el afecto que hace un buen tiempo no reciben de su Madre” dice con orgullo.

Como anécdota de su vida, nos cuenta que recibió en el Día de la Madre una canasta de víveres por parte de la enfermera del puesto de salud de Rima la señora Nair Panduro “Fue algo que no espere, pero lo recibí con cariño, aunque mis amigos no se cansaban de bromearme” nos dice sonriente.

Sin embargo cambia su semblante cuando le preguntamos si es beneficiario del programa juntos “Pensé que mi nombre saldría para cobrar el incentivo como muchos de mis paisanos, lo necesito para mis hijos, tal vez me falta algún documento, después me llegara” se consuela.

La historia de “Zomponti” nos llama a la reflexión, de que a pesar de lo infructuoso que puede ser el destino, la voluntad de hacer algo bueno en la vida está en nuestras manos, al igual que el destino de nuestros hijos y de nosotros mismos.

Segundo Alberto Rodríguez Esteban (38) quien junto a sus tres hijos, fue abandonado hace un año y medio por la que creía que era el amor de su vida

(Crédito: Mikelson Ahuanari Ramírez)