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Para ser tan poca cosa. ¿Qué pesaos son los de la roca!
No es que me importe especialmente el Peñón de Gibraltar. Se le dejo a los llanitos que junto con los monos, forman su identidad nacional como colonia británica. Pero me resulta molesto que cada cierto tiempo, armen alguna trifulca contra los intereses de los españoles.
Ahora están con el cuento de las aguas y la pesca.
Estos hijos de su graciosa majestad, solo han aprendido de los ingleses a tocar las pelotas. Cosa en la que destacan, por su destreza, los hijos de la Gran Bretaña.
Pero lo que hay que destacar es el momento en que se producen estos altercados. Normalmente coinciden en los momentos bajos del Peñón. Cuando nadie habla de Gibraltar, en esos periodos de tiempo en que está olvidado por todos, tanto españoles como británicos. Es entonces cuando arma alguna trifulca y así obtener notoriedad.
Estos hijos de su graciosa majestad, solo han aprendido de los ingleses a tocar las pelotas
No se han parado a pensar que la popularidad puede llegar a ser nefasta para sus intereses. Ya saben, el blanqueo de dinero, los asuntos de las lanchas rápidas que protegen de la Guardia Civil española para que no les detengan y les quiten los alijos de tabaco y droga con los que trapichean. Aparte de otros varios negocios fraudulentos. Que es en definitiva de lo que viven en la roca.
Recuerden los llanitos, hijos de su graciosa majestad, como a lo largo de la historia, los más reputados gangster del hampa mundial, cayeron precisamente por saltar a la fama. Así que para sus quehaceres filibusteros, lo mejor es la opacidad y pasar desapercibidos.
Lo que sí quiero agradecerles a los llanitos, pues lo cortés no quita lo valiente, es el reforzamiento de la valla de separación. Así los monos no podrán venir al territorio español para robarles los chuches a los chiquillos.
Como diría Mariñas: ¡Un abraaaazo!