Si bien el tiempo con los seres queridos, las reuniones en los medios digitales y el uso de sudaderas o pijamas se han convertido en la norma para muchos de nosotros, hay una gran cantidad de personas que se aseguran de que las cosas sigan funcionando y puliendo nuestras oficinas y tiendas para reabrirlas. Esto puede no parecer esencial, a menos que la ducha que gotea ahora sea una cascada, o haya comenzado a recibir chispas cuando usa la licuadora y la tostadora. podría ser que su techo se humedeció durante la última tormenta eléctrica y está empezando a oler un poco a humedad. ¡Todos queremos que estas cosas se arreglen ahora mismo! Sin mencionar cuando la lluvia entra por el techo de la sala.

El cuadro de personas que tienen el conjunto de habilidades variadas y amplias para cuidar estas cosas son valiosas para nuestro bienestar. Al igual que el mecánico que cuida nuestro automóvil, el maestro que rescata nuestra debacle de educación en el hogar y muchos otros. Muchos de nosotros nos sentimos presionados financieramente en este momento. Entonces, por supuesto, queremos, y a veces realmente necesitamos, gastar lo menos posible en estos desastres menores. Pero esas personas, en el medio ambiente y ayudando, aún merecen una compensación justa. ¡Uno podría argumentar ahora que se merecen que les paguen! Se ponen en riesgo cada vez que salen a ayudar.

Una obligación puede definirse como el hecho o condición estatal de estar en deuda por un servicio especial o favor que uno recibe. Puede ser un contrato o puede ser un deber o promesa, o un requisito social o moral. A la larga, la persona que no cumple con sus obligaciones no sale el ganador. Simplemente se dice: “CUMPLE CON TUS OBLIGACIONES.”  L. Ronald Hubbard. @waytohappinesstampa www.elcaminoalafelicidad.mx