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El vicepresidente Glas ya fue acusado por asociación ilícita y cualquier nueva falta encontrada se habrá agotado con esta figura. Entonces, “non bis in ídem”, ya habrá sido juzgado, su sanción podrá ser la de un delito menor y su pena podrá ser conmutada para salir del encierro si lo hubiera
Hay un principio del derecho que prohíbe que un acusado sea enjuiciado dos veces por un mismo delito. Se llama non bis in ídem. Nadie será enjuiciado dos veces por lo mismo.
Con eso en mente, la Asamblea Nacional inauguró hoy la interpretación ideológica del derecho penal. De la misma manera que reformó la estructura fundamental del Estado sin referendo, el bloque oficialista sentó un precedente peligroso para todo el sistema judicial. Hoy se interpretó el derecho para el beneficio de una sola persona, con mucho poder, pero con serias dudas sobre su inocencia.
Algunos asambleístas de oposición lo tienen claro: el tongo consiste en pedir la vinculación del vicepresidente Jorge Glas en un delito menor, para atribuirle una culpa leve y salvarlo de la cárcel como del juicio político. La jugada es brillante.
Otros hemos sostenido que el fiscal no debe pedir autorización legislativa para investigar penalmente al vicepresidente porque eso estiraría tramposamente una categoría que no puede, ni debe, ser interpretada extensivamente, como lo prohíbe el mismo derecho penal.
Por eso para los expertos del correismo, como para otros despistados, el juicio penal debía ser entendido como todo el proceso, pues al imputarse al vicepresidente Glas el delito de asociación ilícita y solicitar la autorización legislativa para tal investigación estarían sacramentando, bajo la etiqueta genérica de un juicio penal, a una investigación que recién iniciaba. Es decir, los asambleístas, con su voto político valoraron las pruebas en el expediente bajos sus preferencias ideológicas y partidistas, sustituyeron la investigación de un fiscal, tiraron a la basura el sistema acusatorio e imputaron a alguien un delito según su antojo político, es decir, juzgaron. Insólito: una cámara de políticos convertidos en jueces penales.
Jorge Glas ya fue juzgado por la Asamblea Nacional y, “non bis in ídem”, no podrá ser juzgado otra vez por lo mismo
Jorge Glas ya fue juzgado por la Asamblea Nacional y, “non bis in ídem”, no podrá ser juzgado otra vez por lo mismo. Aunque se diga que son delitos distintos, que cuando se trata de delitos diferentes no aplica el “no dos veces”, que las infracciones en contra de la administración son distintas a la asociación ilícita y que se puede reiniciar el proceso, la causa, el juicio o como quieran llamarlo será uno solo y la identificación del delito será lo de menos pues lo que importa serán los hechos agotados en el primer tipo penal, que podrían generar una sanción, leve, irrisoria, indulgente para quien “ya ha sido exculpado” que es en la expresión francesa “autrefois acquit” lo mismo que nuestra máxima “no dos veces…”. Caímos otra vez en la trampa.
El vicepresidente Glas ya fue acusado por asociación ilícita y cualquier nueva falta encontrada se habrá agotado con esta figura. Entonces, “non bis in ídem”, ya habrá sido juzgado, su sanción podrá ser la de un delito menor y su pena podrá ser conmutada para salir del encierro si lo hubiera, pasearse por todos lados y dedicarse a disfrutar la libertad de quien quiere su vida lejos de la política, como aseguró que haría.
Pero nosotros fuimos más ingenuos. Creímos que el debate sobre el asunto era nimio. Pues no, se trata una nueva cesión de nuestra débil institucionalidad judicial, ahora nuevamente politizada, para salvar el pellejo de una sola persona que se impone en a todo un sistema de derechos pensado para proteger a todos, ahora entregado al mejor postor.
Adiós al derecho técnico penal. Bienvenido el derecho ideológico penal u oscurantismo vendido como ciencia.