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Desde los 11 años de edad, hasta que tuvo 29 años y dos hijos, Jaycee Dugard se mantenía encerrada en un cobertizo
Estaba a 160 kilómetros de casa, y su familia no tenía idea de dónde estaba.
Nadie más sabía que estaba allí, excepto la pareja que arrebató de la calle en frente de su casa en South Lake Tahoe, California, en 1991, y la llevó directamente a un cobertizo a prueba de sonido, dijo la policía.
Los detalles sobre el tiempo que Dugard duro en cautividad han surgido este jueves, después de que uno de los misterios más duraderos de California del norte se resolvió y los Garridos fueron arrestados y acusados de su secuestro.
Sus captores fueron una pareja compuesta por Philip Garrido, de 58 años, y su esposa Nancy, de 55, que han sido detenidos y acusados de secuestro, conspiración y violación. Garrido había entrado y salido repetidas veces de la prisión por delitos sexuales, e incluso había conocido a su esposa en la cárcel, cuando ella visitaba a un sobrino. El matrimonio, incluso, también se celebró entre rejas, según ha explicado el hermano mayor del acusado al diario San Francisco Chronicle. Ron, de 65 años, asegura que su hermano quedó tocado de joven por el consumo de LSD, que le destapó su voracidad sexual. De su cuñada, sostiene que es "un robot" en manos de su marido.
Garrido, que entraba y salía de prisión por delitos sexuales, se presentaba ante sus vecinos como un fanático religioso
El departamento del sheriff del condado de El Dorado ha informado que su captor ha mantenido a las tres escondidas en cobertizos instalados en el jardín de su casa, y que nunca han ido ni a la escuela ni al médico. Garrido, que entraba y salía de prisión por delitos sexuales, se presentaba ante sus vecinos como un fanático religioso que había inventado incluso un captador de señales llamado "El deseo de Dios" y que lo había ofrecido a varias empresas.
La CNN recoge que la joven se encuentra "en perfecto estado de salud", aunque mantenía una actitud de sumisión absoluta hacia su captor. El sargento Les Lovell, de la misma oficina, asegura que los agentes escucharon el relato de la mujer y, de inmediato, se pusieron en contacto con la madre, Terry Probyn, para advertirle de la presencia de su hija en el lugar.