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La chica, de 22 años, había sido intervenida en julio del año pasado
La joven que hace un año había quedado en estado de coma después de someterse a una cirugía correctiva del tabique nasal murió días atrás, según confirmó ayer su familia.
Sonia Paola Torres tenía 22 años y estaba en coma desde el 24 de julio del año pasado, cuando fue sometida a la intervención en la clínica Inofac, ubicada en Nueva Córdoba.
“Murió el 12 de julio. Lo único que le funcionaba al 100 por ciento era el corazoncito y dejó de hacerlo”, dijo la madre en un diálogo telefónico con LAVOZ.com.ar.
La joven había sufrido daños cerebrales irreversibles tras haberse sometido a una operación para corregir una desviación de tabique nasal y obtener una mejora estética.
Paola era maestra, estudiante de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba y empleada de una empresa de tarjeta de crédito.
Luego de la operación, la paciente ya no despertó de la anestesia y fue derivada al Sanatorio Allende, donde estuvo internada por más de 50 días en terapia intensiva, tras lo cual fue trasladada a una sala común con un cuadro neurológico “prácticamente irreversible”, según informaron en ese entonces sus familiares.
El caso de Paola, así como también los de otras dos mujeres que fallecieron a fines del año pasado en Córdoba, luego de ser sometidas a cirugías estéticas, precipitaron un endurecimiento de las normas sobre intervenciones ambulatorias por parte de la cartera sanitaria provincial.
En marzo pasado el Ministerio de Salud dispuso que los centros médicos y consultorios de Córdoba que no dispongan de una sala de reanimación (es decir, con equipos y profesionales capaces de reanimar a los pacientes ante una emergencia), no pueden hacer más intervenciones que requieran dormir a los pacientes. Esto abarca tanto a la anestesia general como a la anestesia local.