Un mulá afgano fue condenado este fin de semana a 20 años de cárcel por violar a una niña de 11 años que había llevado el caso ante los tribunales pese a la oposición de su familia, que amenazaba con matarla por haberla "deshonrado".

La joven fue violada en mayo por Mohamed Aminulah Barez, un mulá que enseñaba los preceptos de la religión musulmana a las niñas en el norte de Afganistán.

La víctima había intentado esconder la agresión, pero tuvo que ser ingresada en un hospital porque sangraba. Los médicos descubrieron entonces que había sido violada y las autoridades detuvieron al religioso.

Según unas militantes feministas afganas, la niña tuvo que huir de su familia, que amenazaba con matarla por haberla "deshonrado", y se escondió en un refugio para mujeres. "Tras la violación, la familia de la niña quería matarla, estaba demasiado avergonzada. Incluso las enfermeras del hospital no querían tratarla cuando sangraba", dijo a la AFP Hasina Sarwari, directora de la ONG Women for Afghan Women (WAW) en la provincia de Kunduz (norte). "Miembros de su familia le gritaban: '¡debes morir, porque eres una vergüenza para toda nuestra familia. Te vamos a matar y vamos a tirar tu cuerpo al río!'", explicó Sarwari.

Según otro miembro de esta ONG, el mulá había reconocido haber mantenido relaciones sexuales con la niña, pero había intentado convencer al tribunal de que dichas relaciones fueron consentidas para tratar de reducir su condena a 100 latigazos. Pero el juez Sulaiman Rasuli rechazó este argumento, que podría haber vuelto a la niña culpable de adulterio, y condenó al mulá a 20 años de cárcel.

Según la abogada de la víctima, Shaima Qasemi, la niña lloró ante el tribunal y pidió que su agresor fuera ahorcado. "Ahora está aliviada al ver que el mulá irá a la cárcel", añadió.

A primeros de octubre, cinco hombres fueron ahorcados en Kabul por haber violado a cuatro mujeres, una medida que las organizaciones de derechos humanos consideraron demasiado brutal. El caso había provocado, sin embargo, manifestaciones para reclamar la pena de muerte en un país donde los derechos de las mujeres siguen siendo frágiles.