El mozo, que fue empitonado en el cuello, ha fallecido en el Hospital de Navarra tras una cirugía.-Los toros de Jandilla protagonizan la carrera más peligrosa de la fiesta
Un corredor embestido en el cuello por Capuchino, un toro colorado marcado con el número 106 de la ganadería Jandilla, ha fallecido esta mañana en Pamplona, tras el intento de los médicos de salvarle la vida. La tragedia del cuarto día de la fiesta rompe la racha de encierros rápidos y limpios que existía desde 2003, cuando murió el pamplonés Fermín Etxeberría Irañeta, de 62 años.
El corredor (de identidad aún desconocida) fallecido este viernes ha sufrido una "herida por asta a nivel supraclavicular izquierdo" con "un trayecto descendente que afectaba al pulmón izquierdo, aorta y cava", ha informado Fernando Boneta, responsable del operativo médico de los encierros. El mozo ha sido corneado en el tramo de Telefónica, y no en la plaza del Ayuntamiento, como inicialmente se señaló tras un encierro en el que fueron numerosos los traslados.
Los médicos calificaron de "muy grave" el estado del corredor desde el primer momento al constatar una parada cardiorrespiratoria. El herido pasó directamente al quirófano aunque, al término de la operación, los cirujanos informaron que el estado era "crítico". A las 8:45 anunciaron su fallecimiento.
El colorado de Jandilla se ha quedado rezagado en el callejón
Manada fraccionada
En la zona del Ayuntamiento se han producido los primeros momentos de peligro. Capuchino ya iba dejando su rastro de peligro y ha embestido contra tres mozos previamente. La curva de Estafeta con Mercaders ha sido salvada por los animales con un ligero roce contra el vallado, sin llegar a chocar, y se ha llegado a este tramo en hilera si bien a mitad de calle formaron dos grupos, con cuatro cabestros y cuatro toros en primer lugar, seguidos a poca distancia por uno negro y el sexto mucho más atrás.
En Estafeta, el grupo se ha estirado y se han podido ver las carreras más bonitas entre los codazos, empujones y trompicones de los mozos. Los toros han entrado sin problemas a la plaza. Menos uno. El colorado de Jandilla se ha quedado rezagado en el callejón. Se resistía a entrar en el coso y ha girado sobre si mismo en varias ocasiones cargando contra los corredores que se protegían en las vallas. El riesgo pasó hasta mañana.