Un motín en un cárcel en la ciudad de Guarapuava, estado de Paraná (sur de Brasil) terminó el domingo después de nueve horas con la liberación de tres agentes penitenciarios rehenes, informaron las autoridades a la AFP.

"El motín comenzó en la mañana y terminó cerca de las 19H00 (locales). Fueron 14 presos que se rebelaron y que pedían transferencia de recinto. Al final de las negociaciones empezaron las transferencias y se liberó a los agentes rehenes. No hubo heridos", explicó a la AFP el portavoz de la secretaría de Justicia de Paraná, Elson Faxina.

Según medios de prensa, el motín ocurrió cuando los presos recibían alimentos. La cárcel está diseñada para albergar a 166 reos pero actualmente cuenta con 301.

"Como parte del compromiso, entre martes y miércoles se trasladarán a 29 presos sentenciados varones y a 35 mujeres a otros penales", agregó Faxina. "No hubo heridos ni destrucción del recinto", informó.

Las hacinadas cárceles de Brasil son escenario de disturbios, y la violencia y la falta de condiciones de higiene en la mayoría de ellas forman parte de la agenda política de cara a las elecciones presidenciales del 5 de octubre.

A fines de agosto otro motín en una prisión de Cascavel, también en Paraná, terminó con cinco presos muertos, dos de ellos decapitados. A principios de septiembre ocurrió una rebelión en un penal del estado Amazonas (norte) que dejó dos prisioneros muertos, y otra en el estado de Maranhao (noreste) con un preso muerto a tiros.

La presidenta y candidata a la reelección Dilma Rousseff catalogó la situación penitenciaria de "barbarie" durante un reciente debate televisado.

Brasil tiene 274 presos por cada 100.000 habitantes, según el Centro Internacional de Estudios Penitenciarios (ICPS, en inglés).

En este país hay actualmente 548.000 presos y hacen falta 207.000 plazas suplementarias para evitar el hacinamiento, según la ONG de derechos humanos Conectas, que trabaja en el tema carcelario.