Los Mossos d'Esquadra desmantelaron una red vinculada al anarquismo que presuntamente atentó con explosivos caseros en dos conocidas iglesias españolas, informó el jueves el cuerpo policial.

Ocho de los once detenidos tienen nacionalidad española, otro es uruguayo, otro italiano y el último tenía doble nacionalidad italiana y austríaca.

La organización estaba formada por personas que fueron detenidas en una operación desplegada a mediados de diciembre en varios locales vinculados al movimiento anarquista de Barcelona, donde se requisó material y manuales para fabricar explosivos, documentos de identidad falsos y dinero en efectivo, informó la policía en un comunicado.

Después de declarar ante un juez de la Audiencia Nacional de Madrid, siete de los detenidos fueron encarcelados preventivamente, acusados de pertenencia a organización terrorista, depósito de aparatos explosivos y delitos de daños con finalidad terrorista.

La Kasa de la Montaña, un histórico local libertario de Barcelona donde se produjeron la mayor parte de las detenciones, calificó la operación como un intento de criminalizar el movimiento anarquista.

En su comunicado, la policía catalana indica que la organización se fundó en 2012, bajo el nombre Grupos Anarquistas Coordinados, y asumió los principios de la italiana Federación Anárquica Informale-Frente Revolucionario Internacional, considerada por la Unión Europea una organización terrorista.

Según el cuerpo policial, el grupo tenía "capacidad de realizar ataques simultáneos y con potencial para provocar víctimas mortales de forma indiscriminada al utilizar artefactos explosivos con metralla".

La policía le atribuye nueve atentados, entre ellos la colocación de una bomba casera en la catedral de la Almudena de Madrid en febrero de 2013 y en la Basílica de El Pilar de Zaragoza en octubre del mismo año, donde una persona resultó herida.

También los acusa de atacar con explosivos tres sucursales bancarias y de enviar cartas bomba al arzobispo de Pamplona, a un miembro de una congregación ultracatólica y a varias empresas italianas instaladas en territorio español. Un funcionario de correos resultó levemente herido por unos de estos ataques.