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Características anticonceptivos orales, DIU, presrvativo, ligadura de trompas, vasectomía, automedicación
MITOS Y ERRORES QUE LIMITAN EL CUIDADO ANTICONCEPTIVO
Existen falsas creencias y errores que limitan el cuidado anticonceptivo, "mitos a los que nadie se atreve a cuestionar, aún cuando arrojan resultados no esperados" asegura Alicia Figueroa, médica tocoginecóloga del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM).
Los anticonceptivos orales (ACO) son un ejemplo claro de este hecho; equivocadamente, se sugiere la necesidad de pausas o descansos en la toma de las pastillas.
Al respecto Figueroa advierte que la prescripción de estas interrupciones constituye un desacierto médico. "La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que los descansos son perjudiciales para las mujeres que consumen pastillas, ya que interrumpen la protección anticonceptiva, obligan a la pareja a utilizar otros procedimientos que les son menos familiares, cómodos o confiables, y facilitan la reaparición de efectos adversos al reiniciar la ingesta de las mismas", señala la facultativa.
El Dispositivo Intrauterino (DIU) también suele asociarse con la producción de diferentes enfermedades. Uno de los mitos más comunes es creer que produce cáncer, mientras que muchos profesionales comparten la falsa idea de que aumenta el riesgo de embarazo ectópico, o fuera de lugar, así como el riesgo de infecciones, cuando ambas creencias han sido ampliamente refutadas en la literatura científica internacional.
"Debemos tener en cuenta que el DIU es de uno de los métodos anticonceptivos más efectivos, y que se puede aplicar de manera segura en situaciones especiales como ser el posparto inmediato, después de un aborto, o incluso en mujeres que aún no han tenido hijos, tal como lo indica la OMS", comenta por su parte la ginecóloga Karina Iza.
El preservativo tampoco está excento de conceptos fallidos costumbristas. Entre los usuarios, se divulga que disminuye el placer, que aprieta y se rompe fácilmente. La industria, sin embargo, somete a los condones a altos estándares de controles de calidad. La causa más frecuente de su ruptura, sin embargo, son las inexactitudes en la técnica de la colocación.
Entre los profesionales, el preservativo es el método más recomendado, pero muchas veces incurren en el equívoco de indicar su uso, como si se tratara de una prescripción que el paciente debería acatar sin tener en cuenta los derechos a elegir su forma de cuidado, sumándose las dificultades reales que las mujeres enfrentan al momento de pedirle a su compañero que lo empleen.
Finalmente, la ligadura de trompas y la vasectomía (métodos quirúrgicos) asimismo son poco claros. Tanto mujeres como varones suelen ignorar que estos métodos son legales y deben ser provistos en forma gratuita por hospitales, obras sociales y prepagas a toda persona capaz y mayor de edad que así lo solicite. Además, por falta de información fehaciente, las personas temen que el tratamiento afecte su sexualidad, la cual en realidad permanece intacta, o aún favorecida por su altísima eficacia.
Los profesionales tienden a asumir actitudes paternalistas. En el temor de que sus pacientes cambien de opinión, dificultan el acceso y aún aplican restricciones que la ley no prevé, "como por ejemplo un determinado número de hijos o una edad alejada de los 21 años que figuran como tope en la legislación.
"El rol del profesional es informar con claridad y en forma imparcial, acerca de las características de la ligadura de tormpas y vasectomía, su alta efectividad y la dificultad en su reversibilidad, que los hacen aptos sólo para personas que eligen no tener más hijos, remarca Andrea Gómez, psicóloga del CELSAM.
Mientras que un 25% de las mujeres en edad reproductiva no se atiene actualmente a ningún método de planificación familiar, el que ocasiona más errores y, por lo tanto más embarazos, es el control del calendario con un 33% de los casos.
Los desaciertos en la toma de las pastillas posibilitaron el 26% de embarazo, el preservativo un 13%, y el DIU un 8% al igual que el coito interrumpido.
Según Karina Iza, la automedicación, la realización de descansos, las cuentas caseras de los días fértiles, la colocación tardía o incorrecta del condón y la falta de control ginecológico del dispositivo intrauterino son los responsables de las fallas de estos métodos que, utilizados adecuadamente, proveen una protección muy cercana al 100%. Todo ello favorecido y sostenido por la falta de educación sexual correcta, sistemática y oportuna.