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El australiano Michael Rogers (Tinkoff) llegó en solitario este miércoles a la meta de la soleada 11ª etapa del Giro de Italia en las calles de Savona, en el noroeste del país, mientras que su compatriota Cadel Evans (BMC) sigue líder de la general.
Evans mantiene la 'maglia rosa' de líder un día antes de la primera gran contrarreloj individual, entre los viñedos del Piamonte, una prueba en la que es especialista. "La etapa ha sido larga y rápida lo que reduce las fuerzas. Pero, la crono me favorece y voy a intentar sacar la mayor cantidad de tiempo posible", afirmó el vencedor del Tour de Francia de 2011.
Rogers se escapó en el descenso del último puerto, a 20 kilómetros de la llegada, aventajando en la meta en 10 segundos al primer grupo. "En la cima de la última ascensión, vi que había alguna posibilidad de sacar algo. La carrera estaba controlada y me anticipé", explicó Rogers.
El alemán Simon Geschke fue segundo por delante del italiano Enrico Battaglin y el holandés Wilco Kelderman.
El australiano de 34 años, que estrena su palmarés de victorias en una gran vuelta, volvió a la competición a finales de abril, con motivo de la Lieja-Bastoña-Lieja. Rogers dejó el pelotón tras dar positivo en un control antidopaje por clembuterol al final de la temporada pasada. Pero sus explicaciones, una contaminación alimenticia, convencieron a las autoridades. "Forma parte de los momentos difíciles de la vida", afirmó el corredor.
En la larga etapa (249 kilómetros) de este miércoles, se rodó a una gran velocidad media y estuvo muy animada. Durante el descenso del primer puerto a 170 kilómetros de la meta se formó una escapada con catorce corredores. El trabajo del equipo Androni permitió al pelotón neutralizar al grupo antes del Naso di Gatto, última ascensión del día, que coronó primero el colombiano Julián Arredondo, a la cabeza de un grupo de seis que buscaban sorprender. Tras el reagrupamiento a falta de 25 kilómetros, Rogers lanzó el ataque definitivo para firmar un nuevo triunfo australiano en este Giro de claro color 'aussie' (tres victorias de etapa y el maillot de líder desde la segunda jornada).
Se produjeron muchas caídas que obligaron a abandonar al alemán Fabian Wegmann y al australiano Luke Durbridge. El suizo Steve Morabito, principal escudero de Evans en la montaña, también sufrió un golpe pero pudo seguir en la carrera.
Ante la posible pérdida de un compañero importante, Evans intentó que el Androni redujera el ritmo para darle tiempo a Morabito a llegar. La respuesta fue que no. "No somos vasallos de nadie, ni del mismísimo Evans", respondió Gianni Savio, director de la modesta escuadra italiana. "Demostramos el 'fair play' al reducir la velocidad el tiempo suficiente para saber que no había lesiones graves", apostilló.
Todo lo contrario que hizo el BMC de Evans tras la caída masiva de la sexta etapa en Montecassino en la que el australiano tocó zafarrancho y el equipo aceleró a fondo.
El jueves, la 12ª etapa propone una contrarreloj exigente de 41, 9 kilómetros entre Barbaresco y Barolo, dos localidades conocidas por sus vinos. Con dos subidas en el recorrido, la primera calificada como de cuarta categoría (3, 1 kilómetros al 5%).