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Éste escrito es una sumisa expresión de mis mayores sentimientos durante todo el proceso que estamos viviendo como país. Dándoles las gracias a Dios por la vida y por permitirme escribir esto. En memoria de Sadoky Ramirez en paz descances hermano
Mi primer voto tiene valor, pero no valor monetario; mi primer voto tiene compromiso, pero no el compromiso con alguien; mi primer voto tiene interés, pero no propio; mi primer voto tiene castigo, y las razones sobran.
Mi primer voto no olvida y no por rencor, sino que como ser humano tengo la facultad y la destreza de recordar cada una de las tantas promesas incumplidas con las cuales me he afianzado estos años. Promesas que creí que me eran suministradas por la persona más honesta que podía gobernar nuestro país, pero me equivoqué y lo hice rotundamente.
Para mi suerte que cuando llegó ese momento no era mayor de edad y no podía votar, sino estaría lamentándome rotundamente la pérdida eminente de mi hermoso derecho de ejercer dicho voto.
No olvido porque recuerdo que al mes de llegar a la presidencia siendo sucesor de uno de sus compañeros de partido, dicho señor haciendo una auditoría a todas las instituciones públicas del Estado dijo encontrar en ella un déficit fiscal de RD$ 153 mil millones de pesos, de donde salió una reforma fiscal que tanto nos ha complicado la existencia a nosotros los Dominicanos y de la cual “de ganar” amenazan con otra reforma fiscal, concluyendo que no se cumplió con la meta de la primera reforma impuesta a la fuerza.
No olvido porque a pesar de identificar el problema y los causantes del mismo no se hizo justicia completa, debido a que no cayó preso nadie de los que jugaron con el dinero del Estado y fuimos nosotros mismos quiénes pagamos los platos rotos. Recuerdo perfectamente como a nivel nacional se realizó una campaña negativa y bien merecida en contra del expresidente Leonel Fernández, llegando en algunos lugares hacer un simulacro de velatorio de dicho señor y en otros casos peculiares se llegó hacer un juicio simbólico.
No olvido porque recuerdo perfectamente cuando se destapó la caja de pandora “por así decirle” y se hiso público que del contrato con la Barrick Gold nuestro país recibía por cada venta de US$ 100.00 un total de US$ 3.00, siendo evidente que fue uno de los negocios más grandes realizados en tierra Dominicana y con tierra de los Dominicanos para la explotación de nuestro preciado oro, haciendo alusión de que aún somos indios vendiéndonos espejos por oro.
Mi primer voto no olvida la lucha efeméride que tuvimos respecto a la explotación de Loma Miranda, otra negociación por debajo de la mesa realizada por el antecesor presidente y de la cual tampoco nos dimos cuenta porque son eventos realizados clandestinamente e irrumpiendo con nuestra constitución de la República.
Pero todo esto parece ser una brillante estrategia política de nuestro actual presidente, debido a que utilizó al pueblo como señuelo para poder hundir políticamente a su compañero de equipo haciéndole un juicio moral negativo y así quedar inhabilitado para cualquier futura aspiración del mismo.
Mi primer voto empezó un proyecto de salva guardar la Constitución
Mi primer voto no olvida que después de tantas veces repetir en campaña que todos las personas que cometiesen actos de corrupción durante su gestión serían condenados, no importando si fueran de su mismo partido, pero al parecer que durante el proceso él lo olvidó porque dentro de su gabinete tiene un sin número de reincidentes en dichos actos y no se hace justicia, un caso muy peculiar fue la medalla de honor recibida mundialmente a Félix Bautista por InternationalTransparency.org como la persona más corrupta. Frente a esto se hizo caso omiso y nadie dijo nada.
No olvido porque en más de tres ocasiones vi y escuché que de manera pública vociferaba que no quería reelegirse, incluso le agregó algo a ese discurso al decir que el presidente que se reelige es capaz de comerse un tiburón podrido. Tengo la certeza de que mi primer voto no puede ser para alguien que no tiene palabra, y desde que tengo uso de razón esa fue una de mis primeras enseñanzas recibidas durante mis primeros pasos como estudiante.
Mi primer voto cogió valor y empezó actuar de manera firme cuando sucedió el penoso suicidio del arquitecto David Rodríguez García en los baños de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), debido a un fraude que le hicieron a éste cuando había ganado una obra y la cuál no le terminaron de pagar sus últimas cubicaciones, forzándolo a tomar préstamos personales para terminar dicha obra, por ende, tomó esa decisión de suicidarse a más de un año de no pagarles sus prestaciones bien merecidas porque incluso dicha escuela fue inaugurada.
Mi primer voto empezó un proyecto de salva guardar la Constitución cuando vio el desastre que se hizo para modificar la misma, tantas preventas para poder cumplir los caprichos de un grupo de personas, irrumpiendo con su artículo 124 que establecía la no repostulación del Presidente de la República a dos períodos consecutivos, esto se produjo a pesar de que la Constitución establece que para modificar dicho artículo hay que hacer un referéndum Nacional y no comprar a los legisladores como fue lo que se hizo.
Mi primer voto es un deber, pero no será el deber de favores a personas particulares, sino el deber que se me concedió al yo nacer en un país libre e independiente y el cuál hace sus jugadas en base a la democracia, aunque se ha visto peligrando estos últimos años, debo ejercer el voto a conciencia por lo que veo y lo que a diario vivo.
Y para culminar, mi primer voto no será echado a la intemperie porque tiene visión de cambio, porque tiene más soluciones que problemas, porque se cansó de recibir tan poco de quién de mi recibe tanto, porque decidió hacer las paces con la Soberanía y no hacer caso omiso a la misma, porque se siente en apuros al ver cómo nos tiramos al vacío con tanta corrupción, porque ve en peligro su estado debido a las tantas deudas acumuladas en nuestro país y las cuales no están en planes de ser pagadas.
El voto es el instrumento más poderoso jamás concebido por el hombre para derribar la injusticia y destruir las terribles paredes que encarcelan a hombres por ser diferentes de otros hombres. (Lyndon B. Johnson)