Cientos de manifestantes, muchos de ellos vestidos de negro, rechazaron la presencia del ejercito en Ciudad Juárez.

Algunos pidieron la renuncia del presidente Felipe Calderón, quien visitó la ciudad el pasado jueves para disculparse con los familiares de 15 adolescentes asesinados recientemente.

La muerte de los jóvenes fue vinculada a un enfrentamiento entre pandillas rivales, pero algunas versiones sostienen que los sicarios al parecer se equivocaron.

Los manifestantes corearon frases contra los 5.000 soldados desplegados en Ciudad Juárez para tratar de controlar la violencia del narcotráfico.

La corrupción y el narcotráfico estrangulan a Calderón

Luz Dávila, la madre de uno de los adolescentes que murieron, exigió durante la marcha "¡que se vaya el presidente!", según la agencia Reuters.

Calderón, atraviesa sus momentos más bajos de popularidad y se muestra cada vez más torpe como gobernante de un país que se le queda grande.

El problema del narcotráfico requiere medidas sociales y judiciales, las primeras para reducir los efectos del paro creciente, las segundas para cortar el blanqueo de dinero procedente del mundo de la delincuencia organizada.