México abrió su participación este viernes en el atletismo de los Juegos Olímpicos de Rio-2016 con dos fondistas en la final de los 10.000 metros, Brenda Flores (32ª) y Marisol Romero (35ª), que quedaron entre los últimos puestos.

Brenda Flores consiguió, con un crono de 35:39.08, su mejor marca de una temporada discreta para ella, mientras que Marisol Romero (35:33.03) fue la última entre las atletas que terminaron, dando una lección de determinación y espíritu deportivo, al haberse propuesto acabar la prueba pese a sus problemas físicos.

"Fue un momento difícil. Es difícil tomar la decisión de entrar con molestias en una competición, pero siempre he creído que lo se empieza se tiene que terminar", afirmó Romero, de 33 años, sin poder contener las lágrimas de decepción por haber llegado con dolores a Rio-2016.

Desde hace tres meses, Romero tiene distintos problemas físicos, explicó, que han condicionado su preparación y de los que se resintió en los últimos días.

"No me los han podido quitar", dijo muy entristecida, con la voz a menudo entrecortada por el llanto.

Brenda Flores, por contra, se mostró mucho más positiva y sonriente, haciendo un balance "muy bueno" del ciclo olímpico que para ella termina con Rio de Janeiro.

A sus 24 años, consideró que todavía está en una fase de "ganar kilometraje" en sus piernas y que en su planificación espera llegar al esplendor de su carrera cuando tenga 30 años.

"Estoy como una niña, con la inquietud de seguir aprendiendo. Falta mucho por trabajar. Es mi primer ciclo olímpico y estoy muy agradecida por haberlo terminado", comentó.

"Estoy entre las mejores, sé que puedo dar más. Mis referentes están ahí y voy a seguir los pasos", apuntó la campeona panamericana de esta distancia en Toronto-2015.

Pese a su discreto resultado, las dos fondistas mexicanas podrán al menos presumir de haber participado en la carrera olímpica en la que la etíope Almaz Ayana quebró el récord mundial de la distancia, con un impresionante 29:17.45.