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Al menos 45 personas han muerto como consecuencia de los bombardeos efectuados por las fuerzas aéreas de Pakistán contra diversos refugios milicianos en la región noroccidental de Jiber, cerca de la frontera con Afganistán, informaron este miércoles fuentes de las fuerzas de seguridad paquistaníes.
El operativo se desarrolló el martes por la noche en el valle de Tirá, bastión de los milicianos paquistaníes. "Tenemos informaciones de que entre 40 y 45 terroristas murieron", señaló un oficial de las fuerzas de seguridad.
Otra fuente de los servicios de seguridad indicó que en la cifra de muertos se incluye a familiares de los milicianos, quienes vivían en las inmediaciones de los escondrijos atacados.
"Algunas de esas familias vivían en las inmediaciones de esos escondites (bombardeados) y también se encuentran entre los muertos", indicó, añadiendo que desconocía el número de civiles fallecidos. Otra fuente confirmó el operativo.
Pakistán ha aumentado en los últimos meses el número de bombardeos aéreos en Jiber y en los colindantes territorios habitados por tribus pashtunes, zonas a las que han huido los milicianos talibán tras abandonar sus antiguos bastiones del valle del Swat y de Waziristán Sur, en la frontera con Afganistán.
El pasado mes de abril, más de 50 miembros de una administración tribal favorable al Gobierno de Pakistán murieron en un ataque aéreo efectuado por las autoridades paquistaníes en Tirá. Un error militar que obligó al jefe del Ejército, el general Ashfaq Kayani, a pedir disculpas personalmente ante las autoridades tribales.
El apoyo de las tribus pashtunes es vital para el Ejército paquistaní, ya que cooperan y obtienen sobre el terreno información de inteligencia que es empleada para combatir a los milicianos. Jiber es además una ruta clave para el paso de convoyes militares de Estados Unidos y de la OTAN hacia Afganistán.