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Intento dar una explicación logica, fiable. Ya que si opino de esta forma es porque conozco innumerables casos que se ajustan a este patrón.El porque de esas respuestas airadas de ciertos sectores ideologico de la poblacón
Sobre la Ley de Memoria Histórica aprobada durante el Gobierno del Presidente J.L. Rodriguez Zapatero, se ha dicho y lo que queda por decir y escribir. Muchas necedad-es y muchas verdades. Las verdades las conocemos todos. Cualquier persona de bien o medianamente tocada por el sentido común, lo sabe reconocer. Puedo decir algún ejemplo. Pero creo que nadie, que cumpla del principio anterior, lo pondrá en duda. Por ejemplo; que los desaparecidos en las cunetas y campos de la Península e Islas se encuentren. Entreguen a sus familiares. Y si son creyentes de Alguien o Algo. Le den sepultura o se rijan por la costumbre de su credo. Para dar tranquilidad espiritual a los vivos y reposo fijo, reconocido y eterno a los muertos, Creo que, hasta este punto todo ser humano que se haga llamar o se sienta, estará de acuerdo. (1) Excepto los responsables de la inhumación de las víctimas del Yak-42. Que a esos con darse gol-pes en el pecho los domingos y dos letanías obligadas por el confesor. Todo solución-ado. Da igual que en un féretro vayan tres cabezas, cinco fémures y dos caderas. Lo importante, me imagino que pensaran sus confesores, es que es todo recogidito. A veces pienso que el confesor es más letal que el confesado. Ya que uno sin pregun-tarse, ni cuestionarse lo que escucha, perdona. Mientras que, el otro vomita su pesar y la verdad, liberándose de la carga. ¿Quién tiene peores valores? Según el Cristianis-mo, el confesor puede negarse a escuchar al confesado. ¿Quién ha obviado los principios, por los que Cristo murió en la Cruz?
Después de descartar a estos seres, del resto de la humanidad y de derrapar filosóficamente durante unos segundos. Pienso que, cualquier bien nacido estaría de acuerdo con el presupuesto anterior (1).
Algún avispado dirá, si con tu hipótesis estamos todos de acuerdo, como y porque está el desacuerdo. Porque de repente, y sin previo aviso, surgen voces discordantes contra una ley que acabamos de reconocer como logia y consensuada humanitaria-mente.
Si meditamos un poco, y nos paramos a pensar, es más fácil de lo que creemos. Soló necesitamos ese empujoncito que nos da la filosofía sobre la esencia del ser humano. Esta Esencia ha estado a lo largo de los siglos discutida, buscada, encontrada, perdi- da, ignorada pero siempre latente. Perenne Esperando, que cada un encuentre el matiz, el color adecuado.
Desde la perspectiva Occidental la esencia mórbida del ser humano se basa en este caso en los llamados Pecados Capitales o Vicio Capital(Sto. Tomás de Aquino, “Suma Teologia”I-II:84:4/II-II:153:4). Que nadie piense, ya estamos la religión tiene la culpa. No es así, nos da una explicación porque lleva en nuestro ADN Occidental durante 2000 años.
Teniendo en cuenta, que las personas se pueden regir por estos vicios capitales. Hablaremos, de los que creo que están interviniendo, de manera subjetiva en los sujetos “tocados”, por algún motivo, por la famosa Ley. Estos vicios están tan metidos en nosotros, que solo tras una sesión con el psicoanalista, nos daríamos cuenta de padecer, en cierta medida alguno de ellos. Sin esta ayuda, nuestro pecado capital “LA AVARICIA Y LA ENVIDIA”, nos hace ver un planeta rojo en nuestro entorno, la zanja que divide mi calle en dos y que nunca había visto. El enemigo mirando tras las cortinas esperando mi error, como un francotirador esperando a su víctima. ¡Si señores, LA AVARICIA en mezcolanza directa o inversa con la ENVIDIA! Nos lleva a renegar de los derechos humanos y a adoptar posiciones beligerantes.
Se, que algún lector estará pensando que estoy demarrando un poco o que estoy perdiendo aceite. Puede ser, todo es posible. Pero contestar a mi siguiente pregunta, no de forma inmediata, meditarla. ¿Qué pasaría si todos familiares de tantos y tantos asesinados, torturados en cunetas, enjuiciados en sumarios sumarísimos y esper-pénticos tras acabar la Guerra Civil. Un día se preguntasen, donde están los bienes de mi abuelo, padre, tío, etc., , , ? Los bienes inmobiliarios no desaparecen de un día para otro. ¿Qué respuesta se le puede dar a estas personas? Por si alguien tiene alguna, duda los alemanes, ya lo han hecho y no era entre hermanos. La única respuesta que podemos dar a esta gente es, que existe en la sociedad un amplio sector de la población que consciente o inconscientemente, sabe, que tiene una posición en la sociedad obtenida con la sangre de inocentes. Esto da miedo. Y ante el miedo solo cabe aceptarlo, o mantener una actitud virulenta ante el miedo. Pero saber que esto, cuando madura se convierte en pánico, y se pierde el control. ¡Cuidado!......