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El matrimonio de conveniencia entre el cristianismo evangélico y el Estado de Israel

24/04/2022 14:43 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

En qué medida el fenómeno conocido como "sionismo cristiano" condiciona la política exterior estadounidense en favor de Israel

 

Desde que Estados Unidos se convirtiera de facto en el primer país en reconocer al Estado de Israel [1], el surgimiento del estado hebreo constituyó para el gigante norteamericano el nacimiento de un valioso socio, un bastión excepcional para frenar y contrarrestar la propagación de la ideología comunista en Oriente Próximo en una época en la que EEUU se disputaba con su -por aquel entonces- principal enemigo, la hoy extinta Unión Soviética, la influencia en una zona de vital importancia geopolítica.

 

Desde entonces y a pesar de que la amenaza comunista desapareció con la desintegración de la URSS, gran parte de la política exterior estadounidense en el Cercano Oriente ha seguido orientándose a consolidar y fortalecer la posición de su inseparable socio próximoriental.

El lobby israelí

 

La publicación en 2006 del trabajo titulado “The Israel lobby and US foreign policy” de los académicos Stephen Walt y John Mearsheimer, constituyó el primer conato de análisis de la estrecha relación que unía a sendos países.

 

A lo largo del minucioso análisis, los autores detallaron la existencia de una serie de “individuos y organizaciones que trabajaban activamente para dar forma a la política exterior de los EE.UU en una dirección pro-israelí” y a los que bautizaron como “lobby israelí” (Walt y Mearsheimer, 2006), término que la literatura académica ha adoptado para referirse a este importante grupo de cabildeo.

 

Este primer esbozo expuesto por Mearsheimer y Walt atrajo la atención de muchos investigadores ávidos por profundizar en los entresijos de la actividad lobbyística de este grupo de presión; y no es para menos, su relevancia es tal que ocupa los más altos puestos en los ránquines sobre lobbies más influyentes en la política norteamericana.

 

Establecer el momento exacto de su surgimiento, sin embargo, no es sencillo. Gran parte de la literatura identifica en la Guerra de los Seis Días[2] el momento clave de su eclosión, pues el conflicto bélico impulsó a gran parte de la población judía norteamericana a tomar partido por Israel, avivando un sentimiento de pertenencia hacia el “amenazado” estado hebreo.

 

No obstante, y, aunque la mayoría de las organizaciones de la comunidad judío-americana -entre las que cabe destacar la AIPAC y la Conference of Presidents [3]– concuerden firmemente en el apoyo de los Estados Unidos hacia Israel (Walt y Mearsheimer, 2006), es preciso matizar que no se debe confundir al lobby israelí con la comunidad judío-americana, ya que no hay unanimidad entre los miembros de la misma a la hora de secundar las políticas que son apoyadas por el lobby incondicionalmente (Lind, 2002)

 

Ahora bien, el apoyo a este grupo de presión no solo procede de la comunidad judía. En los últimos tiempos, uno de los principales valedores y soportes económicos del lobby ha sido el cristianismo evangélico estadounidense, los denominados “cristianos sionistas”.

El cristianismo sionista

 

“Armageddon lobby” o “Christian AIPAC”, son algunas de las fórmulas usadas para hacer referencia al fenómeno conocido como sionismo cristiano, un fenómeno gestado en los Estados Unidos que paulatinamente ha ido extendiéndose por el resto del mundo y que se ha asentado con notorio calado en Iberoamérica.

 

Aunque pueda parecer extraño que grupos cristianos secunden con tal fervor una causa a priori ajena a sus intereses, no se trata en modo alguno de un apoyo irracional ni filantrópico, lo cierto es que posee una fundamentación derivada de una metodología hermenéutica ultra-literalista que ha impregnado algunas corrientes de la teología protestante en los últimos tiempos. Entre ellas, la más relevante ha sido el denominado dispensacionalismo, doctrina introducida por Nelson Darby en el siglo XIX.

 

Según este predicador de origen británico emigrado a los Estados Unidos, en la Biblia se identifican siete “dispensaciones” que no son sino «períodos de tiempo durante los cual el hombre es probado con respecto a alguna revelación específica de la voluntad de Dios» (Scofield, Reina Valera, 2001)

 

La última y más importante dispensación culmina con la Segunda Venida de Cristo y el establecimiento de su reinado de paz en la tierra por mil años[4] antes del Fin del Mundo, pero para que esto ocurra, previamente la nación judía ha de ser restaurada en la tierra de Palestina, se han de reubicar las tierras bíblicas y se ha de reconstruir Jerusalén, en particular el Tercer Templo en el sitio que actualmente ocupa la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa (Zakariya, Salleh, 2012)

 

Es pues, como resultado de la escatología dispensacional, que los judíos e Israel adquieren un papel protagónico para el cristianismo sionista: la existencia del Estado de Israel es una de las condiciones sine qua non para el cumplimiento del tiempo del fin bíblico.

 

Por ofrecer unos datos que constatan la importancia que para los evangélicos tiene el país hebreo, según una encuesta de LifeWay Research, cerca de un 70% de los cristianos evangélicos en Estados Unidos tienen una percepción positiva de Israel. Un 56% identifican la Biblia como el principal elemento que ha influenciado su posición sobre Israel, seguido por un 27% y un 25% que identifican en los medios y su iglesia local respectivamente el elemento condicionante.

 

La interpretación bíblica es, por tanto, un elemento capital para este apoyo; ante la interpelación “cuando piensas en el renacimiento del moderno Estado de Israel en 1948 y la reunión de millones de judíos en Israel […]” un 80% de los encuestados arguyeron que son eventos que evidencian que la profecía bíblica de la segunda venida se está acercando.

La posición de Israel

 

Por su parte, el gran beneficiario de este singular apoyo, el Estado de Israel, no ha dudado en brindar una cálida bienvenida a sus incondicionales partidarios. Es más, su presidente, Benjamin Netanyahu, no tuvo reparos en hacer pública la gran amistad que une al cristianismo evangélico y al estado hebreo y, en una conferencia organizada por Christian United en 2017, sentenció: “los cristianos evangélicos son los mejores amigos de Israel”.

 

Esa categórica afirmación no es baladí, sus amigos proporcionan una nada desdeñable fuente de ingresos anual a las arcas del Estado israelí, de hecho, según Kaplan, los cristianos evangélicos pueden atraer millones de dólares en fondos para Israel anualmente, la gran mayoría procedentes de campañas de recaudación de fondos de iglesias evangélicas y, principalmente, de dádivas de organizaciones tales como Americans for a Safe Israel, Christians Israel Public Action Campaign, Stand for Israel, Christian Friends of Israel, etc (Kaplan, 2005)

 

Sin embargo, la recaudación no es la única fórmula que proporciona fondos, Mearsheimer y Walt (2007) identificaron que el turismo cristiano en forma de peregrinaciones religiosas atrae ingresos de mil millones de dólares al estado israelí.

 

Los cristianos sionistas constituyen, de este modo, tanto una importante fuente de ingresos anual como un no menos importante apoyo moral a través de campañas orquestadas por las principales organizaciones evangélicas que forman parte del “lobby Israelí”, lobby que, aprovechando las particularidades que presenta el sistema político estadounidense con un gobierno dividido que ofrece muchas formas de influir en el proceso político, ha ejercido presión tanto al Congreso como a la rama ejecutiva de maneras muy diversas [5] para concretar las acciones de política exterior estadounidense en el Cercano Oriente en favor del Estado israelí. (Walt y Mearsheimer, 2006)

 

 

NOTAS

 

[1] El reconocimiento estadounidense se produjo tan solo 11 minutos después de que Israel se declarara «nación independiente» el 14 de mayo de 1948.

 

[2] La Guerra de los Seis días enfrentó a Israel con la coalición árabe conformada por la República Árabe Unida (denominación oficial de Egipto y Siria), Jordania e Iraq.

 

[3] The Conference os Presidents of Major American Jewish Organizations

 

[4] Este hecho hace que se le conozca también como “premilenialismo” (dispensacional)

 

[5] Ejerciendo presión directamente a representantes electos y miembros de la parte ejecutiva, haciendo campañas de contribuciones, votando en elecciones, moldeando la opinión pública, etc. (Walt y Mearsheimer, 2006)

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Aragón Jiménez, J., 2014. Dinámica Del Debate Sobre El Lobby Israelí Y Su Influencia En La Toma De Decisiones En Política Exterior Estadounidense Respecto De Israel.2002-2012. Bogotá, D.C: Universidad colegio mayor de nuestra señora del rosario facultad de relaciones internacionales.

 

Kaplan, E. (2005). With God on their side: George W. Bush and the Christian Right. New York: New Press.

 

Mearsheimer, J. and Walt, S., 2006. El Lobby Israelí Y La Política Exterior Estadounidense. [ebook] Buenos Aires: La Editorial Virtual. Available at: <http://aaargh.vho.org/fran/livres10/Mearcheimeres.pdf&gt; [Accessed 20 January 2021].

 

Mearsheimer, J. J. & Walt, S. M. (2007). The Israel lobby and U.S. foreign policy. London: Penguin Books

 

Michael Lind, ‘The Israel Lobby and American Power’ Prospect, April (2002), pp22-29; Halsell, Prophecy., op. cit.

 

Parsons, D., 2021. Swords Into Ploughshares Christian Zionism And The Battle Of Armageddon. The Good stewards series.

 

 Rosenberg, J., n.d. Evangelical Attitudes Towards Israel And The Peace Process. LifeWay Research.

 

Scofield, C., Reina, C. and Valera, C., 2001. Nueva Biblia De Estudio Scofield. Nashville, TN: Broadman & Holman.

 

Zakariya, Hafiz & Salleh, Mohd. (2012). The American Evangelical Christians and the U.S. Middle East policy: A case study of the Christians United for Israel (CUFI). 20. 139-163.


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Albacpardo (4 noticias)
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