¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Andrea Tolentino Herrera escriba una noticia?
El objetivo de esta investigación es abordar el concepto de Responsabilidad Social Corporativa desde diferentes puntos de vista y analizar el impacto que tiene en las empresas en la actualidad
ANTECEDENTES
La responsabilidad social corporativa surgió en el siglo XX. Ha ido avanzando hasta llegar a ser un desarrollo de políticas empresariales que han logrado configurar y revolucionar completamente las organizaciones.
Rello (2017) señala en su articulo que en la década comprendida entre 1950 y 1960 surgieron en el entorno empresarial, conceptos como la ética de los negocios, la filantropía corporativa y la caridad. Posteriormente tomaron posición otros términos como la respuesta social, entendida como el acto de contribuir al bienestar de los demás, por el que las empresas se autorregulan éticamente de forma voluntaria para fomentar las donaciones caritativas.
Hoy en día son ampliamente conocidas las actividades financiadas por grandes multinacionales en apoyo de proyectos sociales, en aquellas comunidades en las que disponen de grandes cuotas de mercado, en las que reservan uno o varios días de trabajo, para que sus empleados puedan participar en proyectos de voluntariado, como la limpieza de zonas contaminadas, la reconstruir o la nueva configuración de espacios públicos o sociales para retornar a la comunidad parte de lo que es de ella.
La responsabilidad social del hombre de negocios fue la personificación de la respuesta social que razonablemente debían asumir los empresarios como nexo entre la ética profesional y la que devendría en la responsabilidad social como parte estratégica de los negocios.
MARCO TEÓRICO
Es importante comenzar definiendo la Responsabilidad Social Corporativa para entender este tema y profundizar al respecto, Barrio (2017) lo menciona en su articulo como “la consecuencia de un compromiso adoptado con todos sus grupos de interés en materia económica, social y medioambiental, con el objetivo de responsabilizarse de las consecuencias e impactos que derivan de sus acciones y maximizar la creación de valor compartido para todo el conjunto de stakeholders”. De esta forma empezamos a darle a la RSC un valor mas allá del beneficio económico que podría representar para una empresa.
El mismo autor menciona que, simboliza una oportunidad para las empresas y plantea cuáles son los procesos, políticas, estrategias y procedimientos que se requieren para una adecuada gestión de la RSC.
Rodríguez (2013) por su parte, explica la serie de fases que tienen lugar en el proceso de gestión de la RSC que son: evaluación del entorno, planificación, implementación, seguimiento y control, comunicación y retroalimentación.
La primera fase es la evaluación del entorno definida como el análisis de las expectativas, necesidades e intereses de los públicos internos y externos de la organización, para su posterior cumplimiento; después sigue la planificación la cual hace referencia al establecimiento de los objetivos, el planteamiento de las estrategias y su concreción en políticas, programas y acciones de RSC; la implementación consiste en la puesta en práctica del plan de acción elaborado en la fase anterior, llevando al éxito o al fracaso; para el seguimiento y control las compañías utilizan distintos mecanismos como encuestas, auditorías internas y/o auditorías externas para determinar el grado de cumplimiento; y por último, en la comunicación y retroalimentación la compañía actúa con un principio de transparencia para divulgar las buenas practicas de la Responsabilidad Social Corporativa.
Siguiendo con la investigación sobre la importancia de la RSC, Palacios, Rosas Díaz & Castellanos (2019) clarifica las razones que motivan a adoptar un comportamiento socialmente responsable, entre las que destaca los incentivos públicos, el mejorar las relaciones con la comunidad local, las relaciones con los inversores, las relaciones con otras empresas y la presión de los accionistas, de la comunidad local o de las ONG`s como factores externos. Si hablamos de los factores internos influye la capacidad que la compañía puede adquirir para atraer nuevos empleados, la motivación ética de la alta dirección, buscar aumentar la satisfacción de los empleados y mejorar la relación con las autoridades publicas.
¿Qué ventajas se obtienen al implementar este fenómeno? A simple vista podríamos detectar la mejora de la imagen de la compañía, los incentivos fiscales y la ventaja ante la competencia pero también es importante mencionar como una ventaja la mejora de relaciones con clientes y proveedores y el aumento que hay en la satisfacción y lealtad de los clientes.
Los stakeholders son parte fundamental en la implementación de la Responsabilidad Social Corporativa y es por eso que el diálogo con ellos representa un punto clave en este proceso.
La gestión de stakeholders se presenta, de esta manera, como una vía natural para crear valor compartido para los diferentes grupos de interés y constituye la base para innovar y mejorar los procesos y la gestión del riesgo, mediante el aprendizaje de buenas prácticas de los propios stakeholders, y para alcanzar aquellos objetivos que la empresa no podría lograr de forma aislada y que conducen a un desarrollo social más justo y sostenible.
Estos stakeholders suelen clasificarse en internos que serian los accionistas, propietarios y empleados y en externos (clientes, proveedores, acreedores, administración, sociedad, medios de comunicación). (Suarez, 2013)
La Responsabilidad Social Corporativa forma parte de un ciclo a través del cual las empresas generan capital de reputación, gestionan riesgo de reputación y mejoran su actuación. Las empresas invierten en responsabilidad social corporativa, lo que genera un stock de capital de reputación que se utiliza para un doble propósito: por una parte, constituye una plataforma de lanzamiento para oportunidades futuras y, por otra parte, salvaguarda los activos actuales, actuando como amortiguador contra las pérdidas. A través de los programas de RSC se otorga consistencia al ciclo y se gestiona el riesgo de reputación. Los efectos finales de la RSC sobre la reputación corporativa se pueden dividir en cuatro categorías: ganancias, riesgo asociado a la pérdida de las ganancias, riesgo de costo y reducción de costos. (Lizarzaburu, 2016)
La RSC puede tener efectos positivos sobre la reputación de la empresa, generar mayores beneficios económicos y mejorar la confianza del inversionista.
Como Cuento (2014) menciona, la Responsabilidad Social Corporativa ya no es una opción de la que se puede hacer o no uso, puesto que es una exigencia de la sociedad a todo tipo de organizaciones, tanto del sector público como privado. Una manera de avanzar puede ser buscar activamente lo que la responsabilidad corporativa puede significar de valor compartido. En una sociedad cambiante y global no existe un mando único, pero sí existen posiciones interrelacionadas, incluso convenidas y corresponsables.
CONCLUSIONES
Después de la investigación realizada, podemos llegar a concluir que la Responsabilidad Social Corporativa es un fenómeno que ha ido avanzando con el paso del tiempo y que indudablemente a tomado lugar importante en la gestión de las empresas.
Las organizaciones se encuentran ante un nuevo contexto empresarial que sin duda representa muchos cambios para ellos en cuanto a su forma de interactuar con la sociedad, con sus clientes y stakeholders en general, pero también representa una nueva oportunidad para gestionar de una manera mas responsable sus empresas.
Si bien aún es un tema a tratar el correcto uso de ella, las empresas ya están considerándola como parte de su cultura organizacional pues los clientes y demás usuarios interesados buscan empresas que sean responsables con el medio ambiente y que tengan cierta responsabilidad social tanto con sus empleados como con el impacto que dejan en la sociedad.
REFERENCIAS