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Nuevas manifestaciones se llevaron a cabo en Francia el domingo en memoria de un ecologista muerto hace una semana en enfrentamientos con las fuerzas del orden, en un clima tenso que llevó en París a la detención de 60 personas.
El sábado, dos manifestaciones en Nantes (oeste) y Toulouse (suroeste), convocadas por movimientos anticapitalistas y radicales, degeneraron en escenas de violencia urbana.
En París, unas 300 personas se reunieron sin autorización en una plaza de un barrio popular del este de la capital, rodeada por un fuerte dispositivo policial, según los periodistas de la AFP en el lugar.
"Policía por todas partes, justicia en ninguna parte", "policías asesinos", "no olvidamos, no perdonamos", gritaron los manifestantes contra quienes los gendarmes lanzaron gases lacrimógenos cuando trataban de forzar el paso.
Según una fuente policiaca, 66 personas fueron detenidas en el barrio, algunas de cuales llevaban "martillos, alicates, cascos, puños americanos, petardos y objetos incendiarios".
Una formación de extrema izquierda, el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) había previsto manifestarse en el este de París antes de renunciar al proyecto y unirse a una sentada pacífica organizada en el otro extremo de la capital.
En esa manifestación pacífica participaron varios centenares de personas en la explanada cerca de la Torre Eiffel.
En el suroeste de Francia, una marcha silenciosa reunió a unos 300 participantes en la controvertida represa de Sivens, donde Rémi Fraisse, de 21 años, murió el 26 de octubre en enfrentamientos con fuerzas del orden.
Su muerte, la primera en una manifestación reprimida por la policía en Francia metropolitana desde 1986, causó conmoción y puso en aprietos al gobierno socialista en el poder, ya enfrentado a muchas protestas.