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Para muchos de nosotros, viajar será siempre símbolo de placer, alegría y descanso. Pero hay una parte gris de todo viaje y ello está en prepararlo
No siempre podremos viajar como deseamos, ni a donde queremos, pero si algo se mantiene eso es la molestia de preparar el viaje. Una de esas molestias es la maleta de viaje. Aquí te contamos algunos trucos para que esta acción no te tome tan tiempo ni sea tortuosa.
Destinos
Las características de la maleta que haremos dependerá en buena medida del destino que tomaremos. No todos los sitios que podemos visitar van a ser iguales. Para uno necesitaremos un tipo de ropa, mientras que para otros necesitaremos otros más.
Si vamos para Acapulco, Margarita, o República Dominicana, eso quiere decir que nos enfrentaremos ante un clima tropical. La ropa que llevaremos entonces no puede ser pesada o especial para climas fríos. Lo mejor es que usemos algo suelto.
Por ejemplo, podemos destinar shorts, franelas, lentes, camisetas: todo aquello que vaya bien con climas cálidos y que no representen un obstáculo para nuestro bienestar con respecto al clima del país o de la zona a la que vamos.
Espacio
Lo siguiente es saber medir cuánto espacio tendrá nuestra maleta de viajes. No todas las maletas son iguales. El espacio estará definido, para empezar, por la cantidad de días que duraremos en nuestro destino.
Si son más los días que pasaremos, por ejemplo, para cuidar nuestra estética dental, nuestra maleta no ha de ser muy pesada: iremos casi exclusivamente por una cita médica y eso quiere decir que no estaremos muchos días en ese destino.
Por otro lado, si vamos para un destino en el que pasaremos muchos días, lo mejor es que tratemos de llevar la ropa que pueda protegernos lo suficiente y que podamos combinar. Así ahorraremos tanto en ropa como en espacio.
La maleta de viaje y lo prescindible
Si no queremos sufrir por el peso de nuestra maleta de viajes, lo mejor es que tengamos un espacio considerable en ella para lo más necesario y que dejemos las piezas de ropa prescindibles para otra oportunidad.
Sólo así podremos llevar sin ningún problemas nuestras prendas, y, además, tendremos algo de espacio para comprar artículos en nuestro destino. Es una relación de un doble triunfo porque así podremos jugar más con nuestro vestuario a la vez que nos sentimos inclinados a renovarlo con los nuevos artículos que pueden hacer el peso de la maleta.