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Programar es, nada más y nada menos, que ordenar de manera lógica letras, números y símbolos para alcanzar un resultado deseado; elementos básicos del lenguaje que aprendemos desde la infancia pero que, sin embargo, adquieren una mayor complejidad cuando los trasladamos al terreno de la tecnología. Porque afrontémoslo: no todos estamos preparados para programar código, ni poseemos las capacidades necesarias para hacerlo. Es más, se estima que solo un 2% de la población mundial sabe programar.
¿Y si esta tarea no fuera exclusivamente competencia de personal técnico cualificado? Con el auge del Low-Code, el desarrollo de aplicaciones ya no recae en perfiles técnicos. Estamos ante un fenómeno denominado democratización, en el que los modelos Low-Code juegan un papel fundamental.
Rompiendo barrerasLa democratización aboga por dar a toda la población acceso a la tecnología sin necesidad de contar con una formación específica para su desarrollo. Cuando las barreras del lenguaje se eliminan, los desarrolladores de a pie o citizen developers pueden dar rienda suelta a su imaginación y crear aplicaciones centrándose en el fin y no en el medio.
El Low-Code es clave en el empoderamiento de este nuevo tipo de desarrollador, aportando una interfaz intuitiva sin necesidad de programación. La dinámica en este tipo de desarrollo se basa en hacer uso de elementos preconfigurados que, en ocasiones, bastará con arrastrar y colocar (drag and drop) en el lugar escogido por el usuario.
Puede sonar simple, pero nada más lejos de la realidad: las soluciones Low-Code son tan estables y robustas como cualquier otra solución que requiera de código. La diferencia radica en el usuario que va a llevar a cabo el desarrollo y, sobre todo, en la utilidad final del mismo. Será competencia de la compañía valorar en qué proyectos apostar por un desarrollo Low-Code o centrarse en modelos más tradicionales.
Hacia la democratización del softwareLa democratización de las tecnologías es una realidad que no podemos ignorar. En su reciente informe "Las 10 principales tendencias tecnológicas para 2020", Gartner prevé que el desarrollo Low-Code representará más del 65% de la actividad de desarrollo de aplicaciones antes de 2024.
Esta visión democrática del software permitirá a las empresas responder con mayor rapidez a los cambios, siendo la tecnología una ventaja y no la barrera que pueda retrasar el avance. Gracias a este tipo de soluciones Low-Code, las compañías serán capaces de crear soluciones más flexibles y dinámicas, atendiendo a la urgente demanda de crear nuevas plataformas.
Ventajas de la democratizaciónCon la democratización de las tecnologías, las oportunidades se multiplican. Resulta un modelo atractivo para las empresas, ya que supone alcanzar un nivel de autosuficiencia inesperado al no tener que depender que los servicios centrales de TI para llevar a cabo proyectos de cierta complejidad.
Una tecnología más intuitiva y orientada a personal no profesional permite a las empresas ser más flexibles. El tiempo de desarrollo de nuevas aplicaciones se reduce, impactando de forma directa en los costes de producción e incrementando la productividad. Además, las nuevas soluciones apenas requieren mantenimiento, liberando a los empleados para centrarse en otras actividades dentro de su departamento.
Impacto de la democratizaciónA lo largo de 2023, Gartner espera que se aceleren cuatro aspectos clave de la democratización: datos y análisis, desarrollo, diseño y conocimiento. Atendiendo a la democratización del diseño, Gartner afirma que las soluciones Low-Code ganarán fuerza y protagonismo en la creación de nuevas aplicaciones, empoderando al ciudadano-desarrollador.
Este mismo usuario-desarrollador, que poco a poco irá incorporando a su trabajo el uso de herramientas impulsadas por Inteligencia Artificial, dará lugar a un nuevo tipo de desarrollador conocido como citizen application developer. La firma analista calcula que, en 2022, al menos un 40% de los proyectos serán llevados a cabo por no profesionales capaces de beneficiarse de la IA para crear nuevas aplicaciones de forma automática.
En este escenario de Inteligencia Aumentada, las máquinas y las personas colaborarán haciendo posible que estas últimas trabajen mejor y de forma más eficiente; porque la tecnología debería estar al alcance de todos.