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Londres dio un regalo especial este sábado a sus habitantes y a los millones de turistas que la visitan, el momento histórico de la llegada de un candidato al trono y toda la pompa y circunstancia que conlleva.
Más de 100 cañonazos desde la Torre de Londres y Green Park saludarán la llegada de la hija de Guillermo de Inglaterra y Catalina, cuarta en la línea de sucesión al trono de su bisabuela Isabel II.
Cierto es que tiene por delante a su hermano, el príncipe Jorge, y que es lo que en el argot monárquico se conoce como "reina de repuesto", pero monarcas de repuesto fueron igualmente Enrique VIII, Jorge V o Jorge VI, y acabaron con la corona en sus testas.
Los turistas se llevaron la pieza más preciada de su gremio, más que cualquier "selfie": el momento "yo estaba ahí..." para impresionar a vecinos y familia por los siglos de los siglos.
"No estaba en nuestros planes de vacaciones pero nos dimos cuenta de que podría ocurrir durante nuestra estancia, es muy excitante estar aquí en este momento", explicó a la AFP la turista finlandesa Tiina Hamalanen, de 51 años.
Hamalen formaba parte de los visitantes que más a pecho se lo tomaron y acudieron directamente a las puertas del hospital de Saint Mary.
Los extranjeros dieron bastante juego a las televisiones durante la espera de 2 horas y 34 minutos entre el anuncio del ingreso de Catalina y el nacimiento de su hija.
En particular el grupo de hinchas del equipo de rugby francés del Toulon, que jugaba este sábado en Londres, y que llevaron sus cánticos a la maternidad, dándole al parto un aire de partido en Twickenham.
La salida del pregonero del hospital anunciando a gritos el nacimiento y la colocación del boletín real en un caballete a la entrada del palacio de Buckingham fueron dos momentos que capturaron especialmente la atención de los curiosos.
- Vítores y un recuerdo para Diana -
El grupo de admiradores que llevaba más de 10 noches apostado ante el hospital Saint Mary celebraron la llegada del bebé como si fueran de la familia.
Se trata de un grupo heterógeneo -mayores, jóvenes, mujeres, hombres- que han forjado lazos de amistad a base de asistir a cuanto acontecimiento real se presenta.
"¡Es fantástico!", dijo Sadie Moran, una mujer de 45 envuelta en una bandera británica. "Es como un recuerdo de la princesa Diana", la abuela de la criatura, "estoy seguro de que Guillermo debe estar muy contento".
"Es un nuevo principio, que día asombroso. Ahora a esperar el nombre", agregó Moran, sobre la última incógnita que queda por despejar y que en el caso del príncipe Jorge tardó dos días.
El líder moral de la hinchada real es Terry Nutt, 80 años recién cumplidos al raso, frente al hospital -los duques de Cambridge le enviaron un pastel-, que ya asistió el nacimiento de los hijos de Lady Di.
"Estoy muy feliz por ellos. Es maravilloso que sea una niña, Diana estaría muy, muy orgullosa. Para serle honesto, yo también me siento orgulloso, he visto a Guillermo crecer", sentenció.