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¿Es Ud. cohibido? ¿Su timidez le impide hablar en público? ¡Libérese de esas ataduras¡ Atrévase a superar esas ataduras que impiden su integración real a este cambiante mundo
Querido amigo/a:
En este mundo, la no integración nos empujará a ser relegados, nos apartará de que cooperemos a que nuestro prójimo no sea minimizado, y es justamente ese temor de ser objeto de crítica el que nos empuja a una apatía galopante, que nos alejará de la real óptica de lo que sucede en torno nuestro.
Comprender y asimilar las relaciones humanas es adentrarse en los designios de Dios, porque es justamente El quién nos pide amarnos los unos a los otros, es quién no establece diferencias entre tal o cual persona, es justamente Dios, quien nos invita a ver al Ser Humano sin establecer diferencias por el color de nuestra piel, por nuestra ideología política, por nuestra nacionalidad, etc., es quién nos invita a ver que todos, absolutamente todos, somos iguales interiormente, cobijados bajo un mismo cielo y aunque no nos entendamos por la diferencia de idiomas, siempre existirá un solo gesto que nos acercará a cualquier persona sin tan siquiera pronunciar una sola palabra y, que se ve y se verá igual y se hará igual en cualquier dialecto: LA SONRISA.
Podemos para ilustrar, citar una gran frase de Sir William James, quién sostenía que el descubrimiento más grande de este siglo es que el hombre puede cambiar su actitud con tan solo cambiar su mente (lease pensamiento) incluso aquella persona que practique este principio de corazón, puede llegar a cambiar hasta físicamente.
Cumplir el mandato divino de amar al prójimo como a sí mismo, me permitirá una real inserción en la vida
Sé que el pensar de una persona no incidirá en el macro resultado al final, pero sé que es sumamente importante compartir halgo tán sublime como es el mandato divino de dar para recibir, Dale Carnegie sostenía que las relaciones humanas se convierten en la habilidad de una persona en motivar a otra persona para que haga lo que ella quiere pero, en beneficio MUTUO.
Pero, aquí vamos a analizar este principio detenidamente; habilidad bién intencionada que permita lograr mejoras para ambos, caso contrario sería un egoismo el aprovechar ese DON desarrollado en lograr usufructo personal, extrayendo el buen intencionamiento de la otra persona. No captemos sus anhelos como una señal para adueñarnos de su voluntad, piensa que dar es también recibir.