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Hernández estudia el desarrollo
singular de la masonería en Cuba
S. Lojendio - EL DÍA
En esta isla se dio un "proceso único en la historia", destaca el investigador, con la fusión de las dos obediencias irreconciliables, la de York y la escocesa, en una (Gran) Logia independiente.
Como resultado de un infatigable rastreo entre las fuentes documentales y biográficas, de su interés y curiosidad por desentrañar procesos históricos que permanecen orillados, el profesor e investigador de la Universidad de La Laguna, el americanista Manuel Hernández, acaba de ver publicado un trabajo en el que estudia el desarrollo singular y diferenciado de la masonería en la isla de Cuba.
"Liberalismo, masonería y cuestión nacional en Cuba. 1808-1823", de Bronce Colección y bajo el sello de Editorial Oriente Santiago de Cuba, aporta un "aspecto poco tratado y estudiado, como es el de la implantación y evolución de la masonería en la isla de Cuba", señala el investigador, precisamente cuando se trata del país de la América española donde "mayor importancia tuvo este fenómeno", explica.
Como grupo de presión social, estas sociedades y su estructura organizada van a desempeñar un importante papel en una coyuntura en la que se libra una batalla por la hegemonía entre los liberales criollos y los exaltados.
El hecho es que en Cuba se da un proceso "único en la historia", afirma el historiador, "con la fusión de las dos obediencias", la de York y la escocesa, irreconciliables y tradicionalmente enfrentadas, "que se funden en una gran Logia independiente".
Este fenómeno está íntimamente ligado con el liberalismo criollo, un movimiento integrado por personas blancas de clase media y alta que articulan un proyecto político que se opone a los intereses del liberalismo exaltado, la burguesía comercial peninsular residente en la Isla.
"En el fondo, esta facción criolla abre el debate sobre
la cuestión de la identidad nacional" y en este sentido propugna que se
mantenga la unidad con la metrópoli, España, "pero desde el reconocimiento
de un proyecto de carácter autonomista". Esto no significaba otra cosa que
mantener el libre comercio, la desvinculación, la abolición del Santo Oficio,
la desamortización eclesiástica o la extinción de la factoría de tabaco y, de
esta manera, controlar y evitar que se produjera un proceso de independencia
que pudiera poner en cuestión su posición hegemónica.
Precisamente, los liberales exaltados salen derrotados y no logran su propósito de liderar el movimiento de la masonería, razón por la que deciden agruparse en torno al proyecto de la comunería.
En el trabajo del profesor Hernández se aborda la personalidad de algunos de los exponentes más destacados del liberalismo criollo, como el caso de Joaquín Infante o Antonio José Valdés. Asimismo, las figuras de los canarios Diego Correa, un lagunero que se proyectó como ideólogo, o Pedro Gordillo, regidor del Ayuntamiento de La Habana.
De otra parte, la prestigiosa Universidad de Oxford ha encargado al profesor Manuel Hernández un trabajo sobre el fenómeno de la emigración canaria al Caribe a lo largo de la historia, como parte de una investigación de carácter multidisciplinar que se publicará tanto en papel como en formato digital.
A propósito, el estudioso señala "la enorme importancia que representa la emigración canaria, la única que se mantuvo constante desde el siglo XVI hasta nuestros días, configurando de esta forma el Caribe español".
A propósito, Hernández describe "la presencia y el peso de la mujer en este fenómeno", de ahí que la idiosincrasia isleña figure desde el ámbito doméstico, al del trabajo o la cultura, "hasta el punto que resulta difícil diferenciar en ocasiones a un canario respecto a un dominicano, un portorriqueño o un cubano".
La emigración canaria se caracteriza por "su participación en la fundación de pueblos, el peso de la agricultura, la presencia femenina y familiar", unos rasgos que resultan distintivos en comparación con otros flujos.
El investigador subraya que "la mayoría de trabajos sobre el Caribe se han centrado en la esclavitud" y uno de los elementos que diferencia a lo español viene dado por "el alto porcentaje de población libre, al margen del modelo de la plantación, con explotaciones de café, tabaco...".
Símbología Masónica en la bandera de Cuba
La estrella de cinco
puntas significa la perfección del maestro masón: la fuerza, la
belleza, la sabiduría, la virtud y la caridad. La bandera comprende
además en su integración los tres números simbólicos. El tres (tres
franjas azules) representa la armonía perfecta; el cinco, resultado de
la suma de todas las franjas, significa el espíritu vivificador, que
perpetúa la naturaleza; y el siete que se obtiene al sumar el triángulo y
la estrella es un número considerado divino por los judíos y los
griegos.
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