¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Kira Bernadas Fernandez escriba una noticia?
España ha sido testigo de un nuevo capítulo rocambolesco protagonizado por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, al tratar de imponer un debate electoral a la carta
A falta de pocos días para que se celebren los debates electorales que serán retransmitidos en televisión, uno por la cadena pública y otro por la privada, los ciudadanos hemos podido ser testigos como el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, una vez más, ha demostrado con su personalidad epiléptoide e inmadura, unos episodios de turbulencia inmotivados al frustrarse sus deseos de tratar de programar un debate electoral a su medida, como quien elige menú en la carta de un restaurante.Tuvo pues que resignarse a elegir la opción que debía, y no la que quería.
Su actitud volátil cuando al pretender asistir sólo a uno de los debates y rectificar poco después (probablemente motivado por algún episodio de lucidez), ha resultado negativa para su imagen y para su partido.Con este escarnio el presidente ha transmitido poca madurez y una pobre capacidad de decisión, algo muy perjudicial para el partido político al que representa, el PSOE.
Como quien elige menú en la carta de un restaurante, se trató de programar un debate electoral a su medida
Los ciudadanos, que estamos más que acostumbrados a sus fábulas y pretensiones no nos ha sorprendido su pusilanimidad para este asunto... qué podíamos esperar de un presidente que opta por reservar sus energías en emprender acciones más altruistas como escribir un libro titulado: “ El Manual de Resistencia”, que ha sido objeto de mofa más que otra cosa y del que sólo se le recuerda por una cita de las primeras páginas en las que proclamaba que lo primero que hizo cuando llegó a la Moncloa fue cambiar de colchón.
En la historia española otros como él antes gobernaron y el resultado no fue bueno, porque no hay nada más vacío que un cerebro lleno de egos y una pasión desordenada por uno mismo, porque nada hay más absurdo que intentar imponer decisiones antidemocráticas en un país demócrata y nada más ridículo que demostrar ser lo que no se es. Señor Presidente, “las uvas están verdes”, ya lo decía Esopo, un sabio fabulista griego, que cada cual saque sus conclusiones.
Los ciudadanos, que estamos más que acostumbrados a sus fábulas y pretensiones no nos ha sorprendido su pusilanimidad