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Las payasadas de Lebron

31/05/2009 11:40 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

James, incumplidas todas las expectativas generadas, deberá pensar si dar un giro a su carrera profesional y a su comportamiento en la cancha

<a href="http://www.flickr.com/photos/27003603@N00/2447836454/" mce_href="http://www.flickr.com/photos/27003603@N00/2447836454/" target="_blank">Keith Allison</a> via Flickr

41 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias de media en las Finales del Este han sido insuficientes para que "El Rey" haya logrado alcanzar la Final NBA por segunda vez en su carrera. Le ha faltado apoyo, todo el que sí obtuvo a lo largo de la temporada regular y en las dos primeras series de playoffs. Williams, su fiel escudero y el segundo mejor anotador de los Cavs, aún debe de estar preguntándose por qué le ha podido la presión de tener que responder a las exigencias de su Jefe. Mucho caballo para tan poco jinete.

Sin embargo, derrota inesperada aparte, Lebron ha de reflexionar acerca de si su actitud sobre el parqué es las más apropiada para alguien de su fama e influencia. Reconocido, probablemente, como el mejor jugador de la actualidad, ostenta una querencia al protagonismo que hace verlo como un chico inmaduro, mal aconsejado y con aun bastantes cosas que aprender y, sobre todo, que ahorrarse de cara a la galería. Para muestra, varios botones: el pequeño show que monta antes de cada partido, cubriéndose las manos de talco y lanzando el polvo al aire, proyectando una sensación de grandeza, buscada con toda la intención y encontrad con el respaldo de su afición. Además, también antes de comenzar los encuentros, útlimamente le ha dado por simular fotografiar a sus compañeros, con una cámara imaginaria, y éstos le responden como buenos alumnos aplicados, ofreciendo una imagen que pretende explicar, involuntariamente por todas las partes eso sí, quién de todos ellos es más payaso. Asimismo, ha sido habitual ver a todo el banquillo, y a los hombres que están sobre la cancha, vanagloriarse de los buenos que son, de lo bien que lo hacen pero, a base de falta de respeto, jactarse del contrario con bromas, gestos, risas y aspavientos que no se corresponden con el profesionalismo. En la última visita de los Celtics a Cleveland esta regular season, los de Rivers cayeron holgadamente. No contentos con haber realizado su trabajo, James, Williams, West y compañía, ya en el banquillo descansando, se lo pasaron en grande riendo ostensiblemente, empujándose, saltando, gritando y señalando a sus rivales. Siempre buscando la cámara, que, incomprensiblemente, acude a ellos como moscas a lo que todos sabemos.

Reconocido, probablemente, como el mejor jugador de la actualidad, ostenta una querencia al protagonismo que hace verlo como un chico inmaduro, mal aconsejado y con aun bastantes cosas que aprender

Porque sí hay alguna cosa en esta vida que le gusta a Lebron, esa es, sin duda alguna, la cámara. Ese objeto que es capaz de trasladar a millones de habitantes todo lo que tú quieras representar en ese momento. Tras finalizar el primer partido de la Final del Este contra los Magic, "El Elegido" permaneció en la pista y requirió la asistencia de los médicos para que calibrasen si los calambres que sufría en las piernas eran o no graves. En contra de lo que todos los jugadores hacen tras la conclusión de los encuentros, Lebron se quedó fuera del vestuario, mostrando cara de preocupación y, con ello, trasladándosela a sus aficionados, a pesar de estar perfectamente. ¿Por qué no volvió al vestuario para ser atendido, como Dios manda, allí centro, dónde seguro habría más comodidad y más medios para tratarlo? Amor de cámara.

En estos tiempos en los que corren osadas comparaciones entre James y Jordan ( a día de hoy desproporcionadas), haría bien el primero en aprender del comportamiento del mejor jugador que ha habido y que habrá en este deporte. La cámara, para cuando hace falta: a la hora de decidir títulos, a la hora de hacerse un hueco en la historia. En ese momento, la cámara selecciona, la cámara quiere al protagonista. Pero éste no se ha de forzar. ¿Realmente pretende Lebron consolidar esa estampa de bufón que se está construyendo? Es joven y tiene tiempo de sobra para reaccionar. Habrá que comprobar si no se pierde encantado entre sus propias payasadas, esas que tanto le gustan.

La cámara, cuando hace falta: a la hora de decidir títulos, a la hora de hacerse un hueco en la historia. En ese momento, la cámara selecciona, la cámara quiere al protagonista


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Carlos Balboa (266 noticias)
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