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Pau Gasol acudió a esta tierra para cumplir su sueño de Disney, el anhelo de cuna: conquistar el título de la NBA
ORLANDO.- Otra madrugada de café y champán, desvelos y gloria, como una plata olímpica en Los Ángeles, como un oro de Pekín, con un anillo de la NBA. Levantarse para creer lo que los ojos no creían al acostarse. Encender la radio y sobresaltarse, alegrarse en el 'curro' porque hoy es el gran día que sigue a una madrugada poseída por lo histórico, ese adjerivo tantas veces malversado en conquista menores pero que sintetiza lo vivido en Orlando. [Narración: Orlando 86- Lakers 99] [Vídeo-trayectoria] [Álbum][Blogueo directo] [Al rebote]
Pau Gasol acudió a esta tierra para cumplir su sueño de Disney, el anhelo de cuna: conquistar el título de la NBA. Esa fue una ocurrencia de psiquiátrico para un español hasta la aparición del chico de Sant Boi, un hombre de 29 años que eleva su techo hasta unirlo al cielo. ¿Qué hay más allá? Gasol proveerá. Primer anillo de la NBA para alguien de su nacionalidad, una broma por motivos genéticos primero, culturales después (los sufrió Fernando Martín, pionero, 23 años atrás) y hoy una realidad tras la victoria de los Lakes sobre los Magic (86-99). En el quinto partido impusieron el 4-1 que ansiaron desde el inicio del encuentro, negando desde el principio suspicacias de guardería.
Qué son dos millones para quienes se los ganan por decenas en el noble arte de encestar como nadie en el mundo. Esa era la bolsa para los Lakers en caso de regresar a Los Ángeles. Los campeones no se hicieron esperar.
Un español con corazon de hierro y espiritu deportivo digno de ser imitado justo y campeon a todo su esfuerzo
22.38 horas en Orlando, 4.38 de otro día en España. En 215 países, en 42 lenguas, suena: "Lakers, campeones 2009". De ese expedición forma parte un catalán que es el undécimo jugador en ganar el anillo sin pasar por las universidades estadounidenses. Es más: sin su presencia no habría triunfado su equipo, algo de lo que sólo pueden presumir otros tres extranjeros, el argentino Ginóbili, el francés Parker y el croata Kukoc, trío de tricampeones, con San Antonio los dos primeros, con Chicago el último. Esa estirpe de raros ya es póquer con la llegada de Pau Gasol.
El español ha colaborado de forma trascendente hasta la última estación. Puso los dos primeros puntos de su equipo, y 12 después, además de 15 rebotes y cuatro tapones. Y, especialmente, desmintió la cantinela de que no defiende. Durante la primera parte, Dwigh Howard, el temible, hizo cuatro canastas con Bynum como defensor; frente a Gasol, nada. Así, apoyaba un desenlace que se veía venir desde el arranque. Ni siquiera el 15-6 (min. 5) consiguió combatir la sensación de que la final acababa. Quizá porque la cara de concentración de Pau, al llegar al pabellón, ya anunciaba una batalla con todo. O porque Kobe Bryant comunicó pronto su absoluta disposición para al fin ser MVP en un título (Shaq lo fue en los tres que compartieron, 2000, 2001 y 2002).
Fuente : internet, el mundo.es