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Tras una década de guerra contra el narcotráfico, la violencia es la única realidad conocida por la generación de jóvenes de 15 años
Margarita Zavala,
Por Leonel Robles
La elegida para ser la nueva imagen de las televisoras y medios oficiales o semi oficiales, con miras a la elección a la Presidencia en 2018, ha salido a declarar, despreocupada, que el Ejército debe regresar “victorioso” (sic) a los cuarteles. Si de algo están seguro los mexicanos es que Margarita Zavala estaba al lado de Felipe Calderón cuando éste decidió declararle la guerra al narcotráfico sin tener un estrategia para combatirlo. Los datos del número de muertos y desaparecidos son escalofriantes: más 186 mil muertos y 30 mil desaparecidos, un saldo comparable al de los conflictos armados internos de la década de 1980 en América Central. Tras una década de guerra contra el narcotráfico, la violencia es la única realidad conocida por la generación de jóvenes de 15 años. Y Margarita Zavala sale a declarar, buscando mantener su imagen en los medios, que es hora de que el Ejército cumpla con las obligaciones que les son naturales. ¿Cuánta responsabilidad tiene una primera dama de las decisiones del presidente? Basta echarle un vistazo a los periódico de esa fechas (los seis años que duró el gobierno de Calderón 2006-20129). No es un tema menor. “Creo que, por sus aspiraciones presidenciales, la señora Zavala de Calderón debe decirle a los mexicanos qué tanto fue decisión suya que su marido lanzara una guerra…”, dice bien Alejandro Páez.
La realidad de los pueblos de México
Transcribo un breve pasaje del libro Ladydi, de Jennifer Clement, donde retrata la vida de las jovencitas de Guerrero, aunque es una práctica de muchos otros estados, que, ante la presencia del crimen organizado, se ven en la necesidad de cavar hoyos para esconderse cuando escuchan el “rugido de una camioneta”, hoyos donde apenas caben sus pequeños cuerpos de niñas, o de afear su cara con el fin de que los “tratantes” de mujeres no se fijen en ellas, porque los padres saben que el destino de sus hijas es la prostitución en los Estados Unidos, y después su muerte. Ésta el la realidad que las autoridades en México no quieren ver porque son incapaces de combatir el crimen organizado o porque son cómplices. Ésta es la realidad que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, por mencionar a los dos últimos presidentes, han maquillado con absurdas estrategias virtuales. Ésta es la realidad que una ex primera dama no quiere mencionar en sus discursos, no sólo como una ex primera dama, no sólo como mujer, no sólo como, prácticamente, candidata, sino como responsable de las medidas equivocadas, claro, de su marido para enfrentar a la delincuencia organizada.
Paula y yo estábamos viendo la televisión, dijo Concha. Nos acabábamos de bañar, estábamos envueltas en nuestras toallas, refrescándonos, sentadas en el sofá. Oí ruido atrás de mí. El tipo nos hubiera podido tocar. No lo oí. Me apuntó con una pistola. Usó la otra mano para enroscarle un dedo a Paula. Tú vienes conmigo, dijo, pero en realidad no lo dijo. Lo dijo su dedo al enroscarse una y otra vez. Paula se puso de pie, sosteniendo la toalla alrededor de su cuerpo. Caminó hasta donde estaba él y los dos salieron por la puerta y se subieron a la camioneta. Y ella seguía envuelta en su toalla, sólo traía la toalla”.
Concha los siguió y vio cómo la camioneta desaparecía camino abajo. El patio estaba cubierto con los cuerpos sangrantes de sus perros muertos. Adentro, la televisión seguía prendida a todo volumen.
La legisladora del Partido del Trabajo fue golpeada por varios hombres
Descalza, envuelta en una toalla, volvió a decir Concha, y meneó la cabeza.
Debajo del limonero, a la orilla de su pequeño solar, estaba el hoyo que había cavado hacía años para que se escondiera Paula.
Golpean a la senadora Ana Gabriela
La Procuraduría General de la República (PGR), a través de su delegación Estatal en el Estado de México, inició una carpeta de Investigación por la agresión de la que fue víctima la senadora Ana Gabriela Guevara.
La legisladora del Partido del Trabajo fue golpeada por varios hombres cuando se dirigía en su motocicleta de Lerma hacia la zona de Santa Fe, motivo por el cual fue trasladada a un hospital”, se le en un comunicado. Una muestra más de la violencia que padece nuestro país, pero a diferencia de los millones de personas violentadas, al menos a Ana Gabriela le dan atención inmediata y de lujo. También los representantes de la izquierda pueden servirse de los mejores hospitales y comer en los mejores restaurantes, que para eso estudiaron ¿o no? Los 400 metros alcanzan también para representar a los mexicanos en las cámaras, primero la de diputados, luego la cámara alta. Ojalá tenga la ex velocista mexicana una pronta mejoría. Y ojalá a los violentados en México alcancen al menos a llegar a un hospital, aunque no sea el ABC de Santa Fe.
Paréntesis