(Dirigida por Clint Eastwood ? USA 2018)

Earl Stone (Clint Eastwood) es un anciano que toda su vida ha privilegiado el trabajo a la familia. Su ex esposa e hija lo odian por tal motivo. Solo su nieta sigue creyendo que no es tan malo como lo pintan su madre y abuela. A borde de los 90 años de vida, el negocio de flores que maneja va rumbo al fracaso. ¿De dónde sacar dinero? Surge una posibilidad inesperada, un muchacho se entera que a Earl nunca le han puesto papeleta de tránsito alguna en todas sus décadas de vida, entonces le entrega una tarjeta con una dirección y le sugiere que vaya a ese lugar. Sin querer Earl se convierte en una mula o mejor dicho un tipo que transporta droga y recibe una buena cantidad de dinero por sus servicios. Ahora con dinero, se pone a ordenar su vida y la de otros, sin embargo el dinero no lo es todo en la vida. ¿Le alcanzara el tiempo para reivindicarse?

Magistral filme de Eastwood. Una vez más, a partir de un tema polémico va convirtiendo su historia en poesía. El personaje de Stone es complejo: no es un mal tipo pero sus prioridades no incluyen a quienes más ama. Vive una contradicción de la cual no busca ni encuentra salida. La posibilidad de ganar un dinerillo que al final es un dinerazo provoca en Stone la ambición de más y más, nuevamente queda atrapado en un callejón sin salida. Eastwood tiene una magia particular, hace que uno sienta que acompaña a Stone en sus distintos viajes. Es como ser un copiloto y disfrutar el trayecto, que es algo que también hace Stone.

Palmas para la dirección, guión y actuación en esta película. Y que vengan más Clint Eastwood, esto necesita el cine: creatividad, originalidad, realismo y color.