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Este titular puede resumir perfectamente quién era Jean-Marie Balestre. Un hombre en ocasiones injusto y arbitrario, y, sinceramente, muy cariñoso con los de "la Patrie" (especialmente con Alain Prost) y con aquellos que, simplemente, le caían bien. Fue ese al que señalan aún hoy día por haberle robado un mundial al mismísimo Ayrton Senna. Pero también era una persona con muchísimo carácter y fuerza; fue el hombre que los puso encima de la mesa para hacerse con el poder de la F1, con la FISA y de "su" FIA, y ayudó a mejorar enormemente las condiciones de seguridad en los circuitos en una época en la que ser piloto de Formula 1 aún era sinónimo de tener un problema de locura permanente.Como hemos dicho era una persona que cuidaba de aquellos que le caían bien, pero podía llegar a ser despiadado con los que se enfrentaban a él. Conocidas son sus discusiones con Senna, que alcanzarían su punto álgido (¡cómo no!) en Suzuka ´89. Pero un día los planetas se alinearon y Magic fue escuchado por el gran jefe...Nos remontamos al Gran Premio de Alemania de 1.991, que se disputaba en el antiguo y legendario Hockenheimring. Aquel maravilloso circuito de rectas, chicanes y bosques eternos, donde el añorado Jim Clark se dejó la vida, y que aún no había sido modificado por la escuadra y cartabón de nuestro amado, idolatrado y admirado Herman Tilke (nótese ironía en cantidades industriales).En la jornada del viernes, en la reunión de pilotos, Ayrton propuso, tal y como se había hablado anteriormente, que en las escapatorias de las chicanes los habituales neumáticos fueran sustituidos por conos. Fue entonces cuando Roland Bruynseraede, director de carrera, reconoció que lo hecho hasta ahora no era lo más adecuado, que los neumáticos no eran la mejor opción. Asimismo admitió que el presidente de la FISA había hablado con el "Sr. Moll". Entonces despertó la bestia...Jean Marie Balestre cortó repetidas veces a Bruynseraede para decirle, a él y a los pilotos, que se olvidaran del Sr. Moll y que el director de carrera se limitara a contestar al Señor Senna. Entonces el genio brasileño volvió a hablar y comenzó una aireada discusión entre él y Balestre. "Magic" alegaba que con los neumáticos en la escapatoria iba a acabar volcando si tenía problemas en las chicanes, mientras que con los conos se podía evitar esa circunstancia. El jefazo, por su parte, se limitaba al reglamento y a respetar la distancia de carrera. Senna le entregó el reglamento a Jean Marie y le espetó que "la decisión que se tome será la correcta." Fue entonces cuando Balestre le respondió: "la mejor decisión es mi decisión". Jamás unas gafas de sol dieron tanto miedo y respeto. Las gafas que ocultaban un rostro serio y autoritario. Y es que si queremos que nos haga escuchar más vale mantenerse firme...Pero Dios aprieta pero no ahoga. Balestre continuó diciendo que "votemos democráticamente, solo los pilotos." La respuesta fue unánime, los neumáticos se cambiaron por los conos. Horas después Senna y Prost tuvieron un roce en una chicane y "el profesor" pudo tomar la escapatoria sin problemas. Tan solo hubo un damnificado: el cono que se llevó por delante. Llegaría posteriormente un cruce de declaraciones entre ambos, pero esa es otra historia...
Fuente: "Senna" (Documental)
Twitter: @MQEAF1