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Las comunicaciones no guiadas por luz visible son un futuro cercano y ofrecen grandes posibilidades
Desde que Thomas Edison inventase la bombilla en 1879, se han considerado los sistemas de iluminación como simples artilugios capaces de convertir la más profunda oscuridad en un entorno donde poder desarrollar cualquier aspecto de la vida sin tener que aguardar a las horas diurnas.
Uno de los problemas más notables de la iluminación incandescente y halógena es su consumo y su baja eficiencia energética. Cualquier bombilla o lámpara comercial tiene un consumo no inferior a 20 W, los cuales no se traducen en 20 W de potencia óptica, sino que una parte se convierte en luz y otra en calor, por lo que se está contribuyendo al calentamiento global por dos vías: el consumo eléctrico y su implicación en la generación de energía en las centrales, y la emisión de calor a la atmósfera.
Los LED (Light emitter diode) de espectro visible son una alternativa muy comprometida con el medio ambiente y más eficiente energéticamente que sus antecesoras de cristal, ya que emiten más luz consumiendo menos. Además, ¡son capaces de transmitir información a velocidades lo suficientemente altas como para ver una pelicula con buena calidad!
La transmisión de información empleando energía luminosa es una buena alternativa en interiores frente a los sistemas de microondas o radiofrecuencia, ya que son inocuos para la salud y ofrecen garantía de seguridad ante intrusiones (La luz no sale hace el exterior de la sala con la suficiente potencia como para ser interceptada).
Además de todas las ventajas tecnológicas que pueda suponer un sistema de iluminación que transmita información, el lector podría pensar que dicho sistema solo funcionaría con la luz encendida, pero gracias a las características del ojo humano, separando lo suficiente los pulsos ópticos que se transmiten, acosta de cierto ancho de banda, podría darse al sistema apariencia de apagado y seguir en funcionamiento.
Existen numerosas aplicaciones posibles para este nuevo concepto de comunicación, la mayoría en entornos donde las emisiones de radiofrecuencia están prohibidas por seguridad, como los hospitales. Las comunicaciones VLC (Visible Light Communications), no solo son implantables en entornos cerrados, sino que también pueden ser incluídas como un valor añadido en cualquier sistema en exteriores, teniendo en cuenta, por tanto, las limitaciones de distancia a la que está sometida esta tecnología.